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Cinco grandes cambios provocados por el incendio que destruyó Londres hace 350 años

El Gran Incendio de Londres ardió por cuatro días en 1666, destruyendo gran parte de la ciudad y dejando a 100.000 personas sin casa.

Pintura al óleo del Gran Incendio visto desde Ludgate, cerca a 1670. La pintura fue restaurada alrededor de 1910, revelando esta vívida escena. MUSEO DE LONDRES

Pintura al óleo del Gran Incendio visto desde Ludgate, cerca a 1670. La pintura fue restaurada alrededor de 1910, revelando esta vívida escena. MUSEO DE LONDRES

Mientras el Museo de Londres se prepara se prepara para conmemorar el aniversario 350 del infierno que devoró la capital británica, la BBC revisa cómo el evento dejó un impacto duradero en la urbe.

Una ciudad de piedra

Cuando el fuego se inició en la panadería de Thomas Farriner en la calle Pudding Lane en las primeras horas del 2 de septiembre, nadie hubiera podido imaginar el daño que iba a causar.

En una ciudad en la que se usaba fuego abierto para obtener calor y luz, los incendios eran comunes. De hecho, el alcalde Thomas Bloodworth no se preocupó cuando vio las llamas y volvió a la cama.

Pero el fuego se extendió rápido, a causa de los fuertes vientos, la cercanía de los edificios y el calor del verano que había secado la madera y la paja usadas para construir las casas.

Como resultado, un área de más de dos kilómetros a lo largo del río Támesis quedó completamente destruida.

Pero con eso vino la oportunidad de reconstruir la ciudad.

Un decreto real detuvo la construcción hasta que se emitieran nuevas regulaciones.

El Acta de Reconstrucción de 1667 tuvo como objetivo eliminar los riesgos que habían ayudado al fuego a tomar el control y dispuso restricciones para los pisos superiores, para que no sobresalieran de las plantas inferiores.


También cambiaron los materiales de construcción. El acta de 1667 decía que ningún hombre debía construir una casa o edificio que no fuera de piedra o de ladrillo.

Cualquiera que se le encontrara desobedeciendo las nuevas reglas sería castigado con la demolición de su construcción.

No solo las casas eran de madera en 1666: también las tuberías de agua, así que gran parte de la infraestructura de suministro quedó destruida.

No había puntos de acceso para llegar al agua sin cortar su circulación. En medio del pánico por tratar de apagar el fuego, las tuberías se rompieron y el líquido se escurrió.

Se dieron pasos para corregir esto y hacer el agua más accesible. Fue el inicio del sistema de hidrantes para atender incendios.

Las Regulaciones de Prevención del Fuego, impresas por la Ciudad de Londres en 1668, ordenaban que se instalen tapones en las tuberías, en cada calle o en los lugares más convenientes, donde todos los habitantes puedan verlos, para evitar que vuelvan a romperlas.

Una nueva catedral


La catedral de San Pablo es ahora uno de los edificios más icónicos de Londres, pero en 1666 se veía muy distinto.

El templo medieval, que tenía más de 500 años cuando se desató el fuego, había sufrido años de abandono e incluso era usado por Oliver Cromwell como establo para sus caballos.


El arquitecto Sir Christopher Wren estuvo involucrado en mejoras anteriores al incendio y había presentado propuestas justo semanas antes del fuego, como revestirla en piedra y poner una cúpula encima de la torre existente.

La edad del edificio y los intentos de sostenerlo contribuyeron significativamente a su destrucción.

Cuando las cenizas transportadas por el vientoencendieron el techo, los soportes de madera alrededor de la catedral aumentaron la intensidad de las llamas.

Además, los londinenses pensaron que los alrededores de la catedral serían seguros para refugiarse durante el incendio y, sin quererlo, empeoraron el daño.

“Hay reportes de que los habitantes llevaron sus muebles al templo, ya que pensaron que sería seguro, y los apilaron contra las paredes de la catedral”, dijo Simon Carter, jefe de Colecciones de la catedral de San Pablo.

El gremio de papeleros cargó la cripta con libros y papeles y la sellaron para mantenerlos a salvo. Pero lo más probable es que cuando el techo colapsó, haya caído sobre la cripta y que los libros hayan ardido con excepcional ferocidad”, agrega.

El calor debe haber sido intenso porque tenemos algunas piedras medievales en las colecciones de la Catedral que cambiaron de color como resultado del fuego. Un testigo dijo que algunas de ellas explotaban como granadas“, comenta.

En ese momento, John Evelyn escribió sobre el “plomo derritiéndose en las calles y el pavimento brillando con un color rojo feroz“.

La devastación significó que el arquitecto Sir Wren iba a ser capaz de rediseñar completamente el edificio, así que no se preocupó mucho por salvar estructuras recuperables.

Pese a su amor por la simetría y las matemáticas, Wren desvióla alineación de la catedral de este a oeste para evitar los antiguos cimientos , en los que no confiaba.

También fue la primera catedral construida en una Inglaterra protestante y el diseño de Wren reflejaba el alejamiento del catolicismo.

Era poco probable que la catedral medieval hubiera resistido por mucho tiempo más, pero el fuego le permitió a Wren aplicar por completo su visión para una nueva catedral de Londres.

El epitafio en la lápida de Wren tiene una inscripción en latín que se traduce como: “Si buscas su monumento, mira a tu alrededor“.

Otros edificios notables


Se presentaron cinco planes para reconstruir la ciudad de Londres, incluyendo uno de Wren, que proponía calles amplias, abriéndose desde un gran memorial del incendio.

Sin embargo, su visión no pudo ser cumplida debido a una falta de dinero. Los dueños de los terrenos donde una vez había habido casas hubieran tenido que recibir un pago si se aplicaba un rediseño drástico.

La nueva calle King Street, construida en tierras privadas, abrió acceso al Guildhall, uno de los pocos edificios que sobrevivió.

La disposición de calles siguió casi igual y en 10 años el área destruida por el fuego había sido reconstruida, trayendo nueva arquitectura a gran escala a la vieja ciudad.

Wren supervisó la reconstrucción de 52 iglesias, 36 oficinas y el memorial del Gran Incendio.

Nacimiento de la industria de seguros


El fuego destruyó más de 13.000 hogares en una época en la que los seguros no existían.

La Corte de Fuego (para resolver problemas derivados del incendio) fue instalada para lidiar con disputas de propiedad y decidir quién debía pagar y lo hizo durante una década después del desastre.

El médico Nicholas Barbon aprovechó la oportunidad de negocio y montó la primera compañía de seguros, la Oficina de Incendios, en 1667.

Su empresa incluso tuvo su propia brigada de fuego para aquellos que habían comprado el seguro. Los clientes recibían placas para sus hogares, en las que se veía el número de póliza, para que la brigada supiera qué incendios debía apagar.

Luego abrieron más compañías de seguros, incluyendo Sun Fire Office, que fue creada en 1710 y es ahora la compañía de seguros más antigua del mundo.

James Dalton, de la Asociación de Aseguradores Británicos, dijo: “El Gran Incendio de Londres dio a pie a la industria moderna de seguros que conocemos hoy“.

Brigada de fuego


En 1666 no había brigada de fuego, mangueras ni ropa protectora. Cada municipio debía tener equipamiento en caso de que hubiera un incendio, incluyendo baldes de cuero y ganchos destinados a derribar edificios en llamas.

Un inventario del mismo año muestra que el municipio de San Botolph's, en Billingsgate, a casi un kilómetro de Pudding Lane, tenía 36 baldes y una escalera. Pero no servían para mucho si un incendio se propagaba rápido.

Los vehículos contra incendios eran esencialmente un barril sobre ruedas. Solo disparaban unos cuantos litros de agua por chorro, eran difíciles de manipular y no muy confiables.

Después del fuego, surgieron nuevas reglas para que cada municipio tuviera dos pistolas de agua, baldes de cuero y otro equipamiento contra incendios.

Los nuevos diseños de la ciudad también incluyeron un requerimiento para que se abriera un muelle a lo largo del río Támesis, para que las casas cercanas fueran accesibles.


Finalmente, se creó la Brigada Metropolitana contra Incendios, junto con nuevas estaciones, un nuevo uniforme y un nuevo sistema de rangos.

Ahora se llama Brigada contra Incendios de Londres y celebra su aniversario 150 este año.

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