El alcalde fue destituido por Ordóñez por la supuesta mala gestión de una crisis de basuras ocurrida en diciembre del 2012, cuando decidió transferir a la gestión pública ese servicio que estaba en manos privadas.
Para el alcalde, el procurador (titular del Ministerio Público) no será un juez imparcial para responder un recurso de reposición por “tener interés directo en la actuación disciplinaria” y “haber manifestado su opinión sobre el asunto materia de actuación” , según la edición digital del diario El Tiempo.
Por esas razones, pidió además que se nombre un procurador ad hoc “que no sea subalterno del procurador y que garantice un juzgamiento imparcial”.
Debido a la falta de confianza en Ordóñez, Petro también recusó a los integrantes de la sala disciplinaria del Ministerio Público integrada por los procuradores delegados Juan Carlos Novoa y Carlos Arturo Ramírez, así como a la viceprocuradora general Marta Isabel Castañeda.
Petro, que en su juventud militó en el grupo guerrillero M-19, alega que el procurador, alineado con la derecha católica, en sus diferentes escritos ha mostrado “sus convicciones religiosas y radicales” que se oponen a sus programas en la Alcaldía.
Según el alegato de Petro, “el procurador tiene la más íntima convicción de que un buen soldado de Cristo debe combatir con todas las armas posibles la impiedad que representa la ideología de izquierda que representa el alcalde”.
En su escrito, Petro señala: “Para Alejandro Ordóñez, yo represento el comunismo ateo, uno de los enemigos fundamentales de la recristianización del mundo que se propone el procurador en sus obras”.