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Qasem Soleimani: ¿tiene Donald Trump una estrategia real para afrontar la crisis con Irán tras la muerte del máximo general de ese país?

La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de autorizar un ataque con aviones no tripulados que acabó con la vida de Qasem Soleimani, el comandante militar más poderoso de Irán, ha incrementado la tensión entre estas naciones. ¿Qué estrategia es esta y qué puede pasar después?

Donald Trump dice que toma medidas para detener, no iniciar, una guerra.

Donald Trump dice que toma medidas para detener, no iniciar, una guerra.

Trump siempre ha prometido sacar a las tropas estadounidenses de Medio Oriente.

Pero bajo su presidencia, las relaciones entre su país e Irán se han vuelto más tensas a medida que EE.UU. le impuso más sanciones a Bagdad y se retiró de un acuerdo nuclear que consideraba que tenía fallos.

Esto es lo que expertos en política exterior de EE.UU. creen que puede estar detrás de la decisión de matar a Soleimani y lo que esto significa para las relaciones entre ambos países.

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“Trump no es un gran estratega”

P.J. Crowley fue subsecretario de Estado de EE.UU. y autor de ‘Red Line: American Foreign Policy in a Time of Fractured Politics and Failing States‘ (Línea Roja: política exterior estadounidense en un momento de políticasrotas y Estados fallidos).

¿Porqué ahora?

Tuvimos el ataque de la milicia respaldada por Irán y la respuesta contra sus instalaciones en Irak y Siria.

La administración de Trump se sorprendió por la magnitud del ataque contra la embajada en Bagdad, lo vio como una escalada de tensiones y creyó que Soleimani estaba detrás de esto. Al presentársele un blanco de oportunidad (cuando un posible objetivo aparece de manera inesperada en la mira), el presidente autorizó el ataque.

¿Cuál es la estrategia de Trump?

Donald Trump no es un gran estratega. Vive en el ahora y actúa por instinto. Me sorprendería que hubiera pensado en las consecuencias.

Se le presentó la oportunidad que Obama no tuvo de eliminar a un “hombre malo”. Eso fue probablemente todo lo que necesitó escuchar.

¿Qué sigue?

Irán prometió reaccionar y tiene muchos representantes que buscarán blancos de oportunidad por toda la región. Entienden lo suficiente de política estadounidense como para saber que la clave en la campaña de reelección de Trump es la economía. Si pueden perturbarla, lo harán.

En teoría, el final de juego que Trump está ejecutando está obligando a Irán a volver a la mesa de negociación para un “mejor acuerdo” que tenga en cuenta no solo las ambiciones nucleares de Irán, sino también su programa de misiles y su comportamiento en la región.

Procesión multitudinaria
Getty Images
Miles de iraníes salieron a las calles a despedir a Qasem Soleimani.

Es inverosímil ver cómo esto nos puede acercar a una negociación. El Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, sueña cuando dice que vamos a ser ampliamente aplaudidos en toda la región.

En Jerusalén (Israel) y Riad (Arabia Saudita) sí, pero el resto de la región está aguantando la respiración.

¿Qué pasa con su promesa de salir de Medio Oriente?

Trump nunca ha resuelto la contradicción inherente de su política con respecto a Irán. Quiere ejercer allí la máxima presión y a la vez intenta sacar a Estados Unidos de la región.

Si bien ha criticado constantemente las guerras en Medio Oriente, su acción, al menos a corto plazo, aumenta el riesgo de que el conflicto político y económico existente entre Irán y Estados Unidos crezca hasta llegar a las armas.

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“El palo y la zanahoria”

William Tobey es investigador en el Centro Belfer de Ciencia y Asuntos Internacionales de la Escuela Kennedy de Harvard y fue administrador adjunto para la defensa de la no proliferación nuclear en la Administración Nacional de Seguridad Nuclear de Estados Unidos.

¿Porqué ahora?

El momento, probablemente, refleja el hecho de que la campaña de máxima presión ha sido sorprendentemente efectiva.

Teherán ha optado por pasar de la dimensión económica a la militar, primero con ataques contra buques e instalaciones petroleras y, luego, contra contratistas.

Uno podría ver lo que sucede ahora como un intento de cerrar ese canal por el que la situación puede escalar, de decirle a Teherán: “Mira, eso no te va a funcionar“.

Protesta
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El sábado se celebraron protestas en algunas ciudades de EE.UU. para pedir al gobierno que no empiece una guerra.

¿Cuál es la estrategia de Trump?

Está siguiendo una política complicada: presionar a Irán para que sienta que literalmente no tiene más remedio que volver a la mesa de negociación, y obtener así un acuerdo mejor; pero no presionar tanto como para que Irán piense que no hay posibilidad de que Estados Unidos se adhiera a un tratado o que incluso firme un pacto que fuera tolerable para los iraníes.

Por un lado, puedes ver el palo en el ataque al convoy de Soleimani, pero también la zanahoria cuando Trump dice: “Mira, no quiero una guerra con Irán”.

Trata de mantener abierta la posibilidad de que no ve un conflicto ilimitado como un camino constructivo.

Y ahora ¿qué?

Irán ha registrado cifras abrumadoras en materia de tasa de inflación y devaluación de su moneda. Tras librar una batalla perdida en el frente de las sanciones económicas, decidió abrir uno nuevo: el de los ataques militares.

Tengo la creencia de que los Estados-nación que se sienten ofendidos o atacados se vuelven más tolerantes al riesgo.

Protesta
AFP
Fuera de Irán también ha habido protestas por el ataque a Soleimani, como esta en Pakistán.

Ciertamente vemos una alta tolerancia al riesgo por parte del gobierno en Teherán… Sospecho que su disposición a asumir más riesgos se incrementará.

Así que la pregunta es, ¿cuál terminará primero: la campaña de presión máxima o la capacidad de Teherán para resistirla?

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“Trump quedó acorralado”

Luke Coffey es el Director del Centro Allison de Política Exterior de la Fundación Heritage, un grupo de expertos conservadores con sede en Washington D.C. También es veterano del Ejército de EE.UU. y ex asesor especial del Ministerio de Defensa de Reino Unido.

¿Porqué ahora?

Creo que cada persona tiene un límite.

Manifestantes quemando banderas
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Algunos manifestantes en Irán quemaron las banderas de Israel y EE.UU.

Cuando miras todo lo que Irán hizo el año pasado… creo que queda claro que Irán estaba tratando de provocar algún tipo de respuesta por parte de Estados Unidos.

Trump, que no es muy intervencionista en lo militar, estaba tratando de evitar esta situación. Sospecho que se le presentó esta opción en el pasado y la rechazó, y esta semana decidió que ya estaba bien.

Ha seguido diciendo que quiere un acuerdo negociado con Irán sin condiciones para las conversaciones.

Trump llegó a un punto en el que tuvo que retroceder.

¿Cuál es la estrategia de Trump?

La campaña de máxima presión es la estrategia: el gobierno ha sido muy coherente en esto.

Trump ha demostrado que está tratando de llevar a los iraníes a la mesa de negociación y creo que está tratando de hacerlo con la menor cantidad de acción cinética militar.

Creo que Trump se ve a sí mismo como un gran negociador y que quería ser quien cerrara el trato, pero quedó acorralado porque Irán seguía ajustando la presión.

Mujer muestra foto de Soleimani en su celular
Reuters
Soleimani era el máximo líder militar de Irán.

Simplemente no te levantas una mañana y decides matar a Qasem Soleimani. Tenía que haber una planificación interinstitucional en términos de rastrear su paradero, encontrar ventanas de oportunidad (momento adecuado).

No debemos olvidar que Soleimani era un combatiente dentro de una zona de combate. No hay duda de que si los iraníes tuvieran la oportunidad de eliminar a alguien similar en Estados Unidos, lo harían.

Esto es parte del ritmo del conflicto en el que estamos atrapados en Medio Oriente. No creo que esto vaya a escalar hasta convertirse en la Tercera Guerra Mundial.

Y ahora, ¿qué?

Ahora sí que Irán definitivamente no va a sentarse a negociar.

Eso no es motivo para no haber ejecutado el ataque: para ser franco, Soleimani se lo estaba buscando.

Camiseta con la cara estampada de Soleimani
Getty Images
Irán prometió vengarse del ataque a su comandante de más alto rango.

Había sangre de soldados estadounidenses en sus manos y aterrorizó agrandes porciones de Medio Oriente durante más de una década. Que Trump quisiera negociar con Irán no significa que no debía eliminar a Soleimani.

No creo que lo haya hecho pensando en términos políticos, creo que quería evitar esta situación porque, de no ser así, lo habría hecho antes. Pero, políticamente hablando, esto lo hace parecer un líder fuerte entre sus partidarios.

¿Qué pasa con la promesa de dejar Medio Oriente?

A Trump no le gustan ni que haya tropas estadounidenses en Alemania, así que la idea de poner militares en Irán en un año electoral resulta, creo, inconcebible.

Pero también tiene que demostrar que a Estados Unidos solo se le zarandea hasta cierto punto.