Internacional

Caen restos de cohete chino que se desintegró sobre el mar y no provocó daños

El cohete chino Long March 5B, que estaba fuera de control, reingresó a la atmosfera terrestre la noche de este sábado 8 de mayo y se desintegró sobre el océano Índico.

El cohete chino que caía sin control entró a la atmosfera terrestre y se desintegró sobre el océano Índico. (Foto Prensa Libre: AFP)

El cohete chino que caía sin control entró a la atmosfera terrestre y se desintegró sobre el océano Índico. (Foto Prensa Libre: AFP)

El cohete chino, un Long March 5B, que caía sin control hacia la tierra reingresó a la atmosfera minutos después de las 8 de la noche, hora de Guatemala, y se desintegró sobre el océano Índico, cerca de la República de Maldivas, un país al sur de Asía, sin provocar daños, informó China.

El lugar de reingreso fue al suroeste de India y Sri Lanka. En las redes sociales han circulado videos en los que se asegura que se observaron los restos del cohete, aunque la veracidad de estos no ha sido confirmada por ninguna autoridad.

 

“Según la supervisión y el análisis, a las 10H24 (02H24 GMT) del 9 de mayo de 2021 (20:24 horas del 8 de mayo de 2021 en horario de Guatemala) la primera etapa del cohete portador Larga Marcha 5B ha vuelto a entrar en la atmósfera”, informó la Oficina de Ingeniería Espacial china en un comunicado, proporcionando las coordenadas de un punto situado en el océano Índico cerca de las Maldivas. Además, cita AFP, China añadió que la mayor parte de este segmento se desintegró y destruyó al entrar en la atmósfera.

Esta es la ubicación aproximada en la que cayeron los restos del cohete chino. (Foto: Prensa Libre)

 

Este cohete fue utilizado la pasada semana por China para lanzar al espacio uno de los módulos de su futura estación espacial. Desde que se supo que estaba sin control, el Servicio de Vigilancia y Seguimiento Espacial de la Unión Europea, un consorcio internacional del que forman parte varias agencias espaciales y organismos públicos de numerosos países europeos, inició el monitoreo del retorno a la atmósfera terrestre del gigantesco objeto espacial chino.

El artefacto era muy grande, tenía una masa estimada de entre 17 y 21 toneladas y un tamaño de aproximadamente 30 metros. Esas dimensiones lo convertían en uno de los trozos más grandes que vuelven a la Tierra y que por lo tanto “merecía un monitoreo cuidadoso”.

Las predicciones de los científicos se cumplieron, pues esperaban que una buena parte del cohete se desintegrara en su ingreso a la atmosfera de la tierra y que los restos cayeran sobre el mar.