Armstrong, que con su aventura inspiró a toda una generación a lanzarse a la conquista del espacio, murió el sábado a la edad de 82 años en Cincinatti, en el estado de Ohio (norte), a causa de complicaciones surgidas tras la realización de una cirugía de corazón este mes.
Hasta la mañana del domingo, la fecha y el lugar de sus funerales no habían sido decididos, según informó la Nasa a la AFP.
La famosa transmisión en blanco y negro de su “caminata lunar”, el 20 de julio de 1969, fue vista por unos 500 millones de personas, que también escucharon sus palabras en el albor de la era espacial, que unieron a un planeta dividido por la Guerra Fría.
“Este es un pequeño paso para el hombre y un salto gigantesco para la humanidad”, dijo Armstrong entonces.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que en aquel julio de 1969 estaba a punto de cumplir su octavo año de vida, afirmó que la aventura espacial protagonizada por Amstrong “brindó un momento de progreso humano que nunca será olvidado”.
“Neil figura entre los mayores héroes” nacionales, “no sólo de la época actual sino de todos los tiempos”, afirmó el mandatario, quien dijo estar “profundamente entristecido” por la muerte del astronauta.
Tras referirse a Amstrong como “un héroe americano (estadounidense) a su pesar”, sus familiares manifestaron esperanzas de que su legado inspire a las nuevas generaciones a “trabajar duro para convertir su sueños en realidad, estar dispuestos a explorar y empujar los límites y servir desinteresadamente una causa” que los trascienda.
El pionero en la aventura lunar fue condecorado por 17 países y recibió una serie de honores en su Estados Unidos natal, pero nunca se sintió cómodo en su papel de “famoso” y procuró alejarse de los primeros planos.
En una de las raras entrevistas que concedió, emitida por un canal de televisión en 2005, dijo que no merecía la atención que recibió por haber sido el primer hombre en pisar la Luna, seguido de su compañero a bordo del Apolo 11 Edwin “Buzz” Aldrin.
“Yo no había sido elegido para ser el primero, sino para comandar el vuelo. Las circunstancias me colocaron en ese papel especial”, aseguró.
Armstrong, casado y padre de dos hijos y abuelo de 10 nietos, dejó incluso de firmar souvenirs tras enterarse que sus autógrafos estaban siendo vendidos a precios exorbitantes.
John Glenn, de 81 años, el primer estadounidense en orbitar la tierra, saludó la “audacia” de Amstrong y recordó su legendaria humildad.
“Era una persona modesta, y así lo siguió siendo después de aquel primer vuelo en tocar la Luna”, dijo el ex senador demócrata por Ohio el sábado a la cadena CNN.
Aldrin, de 82 años, afirmó a su vez que deseaba haber llegado con vida junto a Amstrong y Michael Collins, el tercer astronauta de la misión, hasta el año 2019 para celebrar juntos el 50 aniversario del vuelo del Apolo 11. “Pero no podrá ser”.
“Cada vez que miro la Luna, me recuerda aquel momento de hace más de cuatro décadas en que me di cuenta de que a pesar de que estábamos más lejos de la Tierra de lo que nunca habían estado dos seres humanos, no estábamos solos”, sostuvo.
Amstrong “era el mejor y su ausencia se va a sentir enormemente”, dijo por su lado Collins, de 81 años.
“Alguien que haya visto al hombre caminar en la Luna no puede tener otro deseo más que ello vuelva a suceder” ahora en Marte, donde el robot Curiosity, de la agencia espacial estadounidense Nasa, acaba de posarse, dijo el director de la Ciudad del Espacio de Toulouse (Francia), Jean-Baptiste Desbois.
Los logros de Amstrong serán siempre “una fuente de inspiración para la humanidad”, estimó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
Para el primer ministro francés Jean-Marc Ayrault, Amstrong permanecerá en el recuerdo “como el símbolo de la manera en que el progreso científico y tecnológico puede identificarse con el progreso de la humanidad”.
Varios astronautas europeos homenajearon igualmente a su colega estadounidense.
“Hasta que nuestro planeta se extinga se hablará de Yuri Gagarin, el primer humano en llegar al espacio, y de Neil Armstrong, el primero en pisar la Luna”, declaró Miroslaw Hermaszewski, el único cosmonauta polaco, a la agencia de prensa de su país PAP.
Alejado de los micrófonos y las cámaras, Amstrong vivía hace décadas en una granja retirada de Ohio, el estado en el que nació el 5 de agosto de 1930, en Wapakoneta.
Desde su infancia los aviones le fascinaban. A los 15 años tomó clases para convertirse en piloto, lo que logró un año más tarde, antes incluso de obtener su libreta de conducir automóviles.
Como piloto de las fuerzas aeronavales, realizó 78 misiones durante la guerra de Corea (1950-53). Cursó también ingeniería aeronáutica en la universidad de Purdue (Indiana, norte).
En 1955 se convirtió en piloto de pruebas y voló 50 tipos distintos de aviones. Siete años después fue seleccionado por la Nasa para incorporarse como astronauta.