“Ya no hay grupos armados patrullando la ciudad”, dijo el coronel Gilles Jaron, portavoz del Estado Mayor. “Muy rápidamente nos dimos cuenta de que estos grupos, en su mayoría, habían abandonado sus posiciones”.
Casi todos quienes se encontraban aún en las calles fueron desarmados, con la ayuda de la fuerza africana (Misca) destacada en el país. Por lo tanto, “ya no se registraban combates en Bangui”, según la fuente.
Los milicianos, sobre todo exrebeldes de la Seleka, se agruparon en el campo Beal en el centro de Bangui, que les fuera asignado por las fuerzas francesas.
Intercambios de disparos habían tenido lugar entre militares franceses y hombres armados en la mañana del lunes cerca del aeropuerto de la capital centroafricana.
Soldados franceses se han desplegado en la República Centroafricana, donde por mandato de la ONU deben apoyar a la fuerza africana desplegada allí para restablecer la seguridad en ese país, dominado por el caos después de un golpe de Estado en marzo pasado.
La República Centroafricana está sumida en el caos desde que la coalición rebelde Seleka, mayoritariamente musulmana, depuso al presidente Franois Bozizé en marzo pasado.
Un gobierno de transición liderado por un exrebelde perdió luego el control del país, y grupos rivales cristianos y musulmanes protagonizan desde entonces sangrientos enfrentamientos.
Tras la luz verde de la ONU, el Ejército francés lanzó una operación en apoyo a una fuerza africana ya presente. París señaló el sábado que el contingente francés sería de mil 600 soldados, 400 más de lo anunciado hasta ahora.