Bae y Miller eran los últimos estadounidenses en poder de Corea del Norte después de la puesta en libertad el mes pasado de Jeffrey Fowle. Miller, quien es de California, cumplía una pena de seis años de cárcel por cargos de espionaje, después de que en abril supuestamente arrancó la visa de turista de su pasaporte en el aeropuerto de Pyongyang y exigió asilo.
Bae, que reside en el estado de Washington, es un misionero norcoreano-estadounidense con problemas de salud. Él cumplía una condena de 15 años por presuntas actividades antigubernamentales.