El 47 por ciento de los encuestados quisiera un papel menos activo de EE. UU. en la política internacional, una actitud aislacionista que compartía apenas el 14 por ciento de los encuestados sobre la misma pregunta en 2001.
Mientras que en el año de los ataques terroristas contra EE. UU. el 37 por ciento de los encuestados favorecía una mayor intervención de Washington DC en los asuntos mundiales, esa opinión la comparte ahora sólo el 19 por ciento de los entrevistados.
La proporción de quienes favorecen que se “continúe el nivel actual” de intervención en los asuntos extranjeros ha disminuido del 44 por ciento en 2001 al 30 por ciento actualmente.