“Esto es una manifestación contra quienes insultan a la religión musulmana”, declaró el dirigente checheno Ramzán Kadírov al pie de la gigantesca mezquita que hizo erigir en el centro de Grozni en homenaje a su padre, Ahmed Kadírov. “No autorizaremos jamás a nadie a insultar el nombre del profeta”, agregó, en referencia a los dibujos publicados en Charlie Hebdo.
Kadírov había descrito previamente a los autores de las caricaturas de Mahoma como “personas sin valores espirituales y morales”. También calificó de “enemigo de todos los musulmanes” al exoligarca ruso Mijaíl Jodorkovski, que pidió a los medios rusos que publicaran caricaturas del profeta.
Unas 15 mil personas se concentraron el sábado en Inguchia, otra república musulmana del Cáucaso ruso, para protestar contra las caricaturas de Mahoma, que los medios rusos deben “abstenerse de publicar”, según las consignas de la autoridad rusa de vigilancia de los medios, Roskomnadzor.
Aunque Rusia se felicitó en un primer momento por la manifestación histórica contra el yihadismo organizada el domingo 11 de enero en París, numerosos medios de comunicación y responsables rusos se desmarcan ahora de la solidaridad mundial que continúa suscitando el atentado contra Charlie Hebdo, que causó 12 muertos.