Internacional

Centroamérica se desangra por aumento de la violencia

Los países del Triángulo Norte se mantienen entre las zonas de la región sin guerra más violentas del mundo.

Efectivos de la Policía forense salvadoreña trabajan en la escena del crimen, donde un joven fue asesinado por pandilleros, en San Salvador, El Salvador. (Foto Prensa Libre: AFP)

Efectivos de la Policía forense salvadoreña trabajan en la escena del crimen, donde un joven fue asesinado por pandilleros, en San Salvador, El Salvador. (Foto Prensa Libre: AFP)

Pese a la reducción del número de asesinatos en los últimos dos años, países como El Salvador, Honduras y Guatemala lograron reducir índices de violencia en el 2017 con sus planes de seguridad, pero se mantuvieron como una de las regiones sin guerra más violentas del mundo.

Organismos internacionales atribuyen la situación a la incidencia del narcotráfico, los enfrentamientos entre pandillas y de éstas con las fuerzas policiales en el Triángulo Norte y los conflictos indígenas, entre otras causas.

En El Salvador, las luchas internas entre maras, singularmente la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18, y los enfrentamientos con las fuerzas policiales, que han reforzado su presencia en todos los ámbitos, elevan la tasa a 60 muertos por cada cien mil habitantes.

Pero ese país ha registrado una reducción en los últimos dos años. En el 2015 los datos oficiales reconocían 103 homicidios por cada cien mil habitantes.

También Honduras ha experimentado un descenso similar. Los 42.76 muertos por cada cien mil habitantes del 2017 —59.06 en el 2016— es la tasa más baja de los últimos ocho años, según la Policía Nacional.

Guatemala, El Salvador y Honduras comenzaron a recibir el año pasado US$750 millones de Estados Unidos como parte de la iniciativa Alianza para la Prosperidad, que busca reducir la violencia con programas de prevención y generación de empleo, así como disuadir a la población de migrar ilegalmente a la nación del norte.

Bajo índice

Nicaragua, el país más seguro de la región, pasó de ocho a seis por cada cien mil habitantes en el último año, hasta julio del 2017 el índice más bajo entre los países de Centroamérica, y la tasa más baja en Nicaragua en los últimos 16 años, según la Policía Nacional.

Esa tasa de homicidios es, además, la segunda más baja en América Latina, de acuerdo con los informes oficiales que resaltan que Managua es la capital de América Latina con la tasa de homicidios más baja: cinco por cada cien mil habitantes y en todo el continente solo está por debajo de Ottawa, la capital de Canadá.

Por el contrario, Costa Rica, considerado hasta hace poco el país más seguro de la zona, registró en el 2017 una tasa de 12.1 por cien mil habitantes, el dato más elevado de la historia de ese país.

Al menos el 25 por ciento de los homicidios son atribuidos al narcotráfico en una escalada que ha llevado a los organismos oficiales a reconocer el incremento de la violencia.

El Ministerio de Gobernación de Guatemala, responsable de la seguridad pública en el país, informó que el 2017 cerró con una tasa de 26.1 por cada cien mil habitantes.

En Panamá se ha reducido la tasa de homicidios. El ministro de Seguridad reconoció una tasa de 9.2 homicidios por cada cien mil habitantes, algo más de la mitad de los 17 que se registraban en el 2014.