“Un ataque terrorista cobarde fue perpetrado durante un mitin electoral en el estadio Sina de Bagdad (noreste), dejando 28 mártires y decenas de heridos”, declaró el portavoz del ministerio del Interior, el general de brigada Saad Maan.
Un poderoso grupo yihadista reivindicó el doble atentado. Dos hombres “lograron ingresar a una reunión de infieles (..) y hacer detonar su cinturón de explosivos”, para vengarse de “lo que las milicias hacen en Irak y en Siria: matar y torturar a los sunitas”, indicó un comunicado del Estado Islámico en Irak y en el Levante (EIIL), publicado en foros yihadistas.
El EIIL, basado en Irak, participa en el conflicto sirio, en donde la guerra opone desde hace tres años a los rebeldes, mayoritariamente sunitas, a las fuerzas del régimen, dominadas por la secta alauita, una rama del chiismo.
Se trata del ataque más mortífero contra un mitin electoral desde que inició la campaña para las elecciones legislativas que celebrará Irak el 30 de abril, las primeras desde la retirada de las tropas estadounidenses en el 2011.
El país está sumido en una espiral de violencia que ha causado al menos 490 muertos en abril y más de dos mil 750 en lo que va de año, según un balance elaborado a partir de informes policiales y médicos.
La violencia está atizada por la guerra en la vecina Siria y por el descontento de la minoría sunita iraquí, que se considera discriminada por las autoridades, entre las que predominan los chiitas.