Este grupo de presos se niega a alimentarse desde hace casi cinco semanas, para denunciar su detención sin juicio.
Otros presos se han unido al movimiento, que ahora suma 240 personas en huelga de hambre, explicó Weizman, quien teme un aumento del número de presos hospitalizados.
El ministro palestino encargado de los Presos, Issa Qaraqé, dijo que algunos de ellos estaban en estado “muy grave”. Las autoridades palestinas están en contacto con la parte israelí “para evitar cualquier complicación desencadenada por la muerte de presos”, señaló Qaraqé.
Unos cinco mil palestinos se encuentran actualmente detenidos en cárceles israelíes. Entre ellos, 200 están sujetos a una orden de detención administrativa, con la cual es posible mantener detenido a un sospechoso por un período máximo de seis meses sin necesidad de juicio. Un tribunal militar puede renovar de forma ilimitada estas ordenes de detención.
Por otro lado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, juró que jamás permitiría la división de Jerusalén, cuya “reunificación” en 1967 conmemoró el miércoles Israel con festividades y desfiles de fuerte tono nacionalista.
“Hace 47 años, Jerusalén fue unificada y nunca más será dividida”, afirmó Netanyahu durante una reunión especial del Parlamento con motivo del ‘Día de Jerusalén’.
Esta jornada conmemora la “reunificación” de la ciudad tras la conquista por el Ejército israelí y la anexión de su parte oriental árabe, en la Guerra de los Seis Días (junio de 1967).
Estos últimos años, esta parte de la ciudad es escenario de tensiones y enfrentamientos entre israelíes y palestinos.
Israel considera Jerusalén su capital “indivisible”, mientras que los palestinos desean que el sector oriental de Jerusalén se convierta en la capital de su futuro Estado.
La comunidad internacional, incluido Estados Unidos, no reconoce la anexión de Jerusalén-Este.