Internacional

Violencia se apodera de Apatzingán, bastión del cartel “los Caballeros Templarios”

La ciudad de Apatzingán, una importante zona económica del mexicano Estado de Michoacán (oeste del país) que se encuentra bajo las garras del cartel "los Caballeros Templarios", vivió el viernes recién pasado una jornada de enfrentamientos armados que culminó con la quema de su alcaldía y de varios establecimientos y vehículos.

MORELIA.- Una fuente del Gobierno de Michoacán que pidió el anonimato informó a AFP de que los Templarios “prendieron fuego a la biblioteca pública Benito Juárez, ubicada a una cuadra del Palacio Municipal (de Apatzingán), que también fue incendiado”, al igual que dos comercios y ocho vehículos, incluyendo autobuses de pasajeros y camiones repartidores de mercancías. Poco antes de los incendios, los criminales se enfrentaron a tiros con miembros del ejército en pleno centro de la ciudad, añadió la misma fuente, precisando que hasta el momento no se señalaron heridos o muertos aunque “los cuerpos de auxilio no se dan abasto y ya no quieren apoyar por temor por su seguridad”.

A través de su cuenta de Twitter, el Gobierno de Michoacán aseguró que las autoridades “contuvieron (el) fuego” y que la “situación de conflicto (…) se encuentra focalizada en ciertas áreas” de Apatzingán. Esa urbe, ubicada en la violenta subregión de Tierra Caliente, es una ciudad en la que floreció la industria alimentaria, maderera y ganadera, y donde convergen los productores y distribuidores de limón, papaya, mango, pepino, chiles y otros cultivos.

Apatzingán es considerada ahora el bastión de los Caballeros Templarios, un cártel que además de controlar la producción local de marihuana y los laboratorios clandestinos de drogas sintéticas se financia a través de secuestros, extorsiones a pobladores, campesinos y empresarios, e incluso de la explotación ilegal de minas de hierro.

Esta neurálgica ciudad se ha convertido en un objetivo prioritario para las autodefensas, grupos de civiles armados que se levantaron en armas desde hace un año contra el crimen organizado, argumentando la inacción de las autoridades. Esos grupos de civiles ya intentaron apoderarse de Apatzingán (123.000 habitantes) el pasado octubre, pero el ejército les obligó a entrar al pueblo desarmados y después tuvieron que huir del lugar al ser recibidos a balazos.

Michoacán en llamas

Michoacán, donde más de la mitad de la población vive en la pobreza, se ha convertido en el desafío de seguridad más apremiante del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto (2012-2018), quien heredó una lucha contra el crimen organizado que ha dejado más de 77.000 muertos en los últimos siete años.

Tras los primeros choques entre las autodefensas y los Templarios, el Gobierno federal envió el pasado mayo un refuerzo suplementario de miles de soldados y policías a Michoacán, pero los regulares episodios de violencia siguen ocurriendo. Este es el sexto día consecutivo en que importantes carreteras estatales han sido bloqueadas, mientras que el lunes, jueves y viernes de esta semana, varios vehículos han sido incendiados en esas vías.

En el municipio de Parácuaro, tomado el sábado por los autodefensas, siete vehículos fueron incendiados este viernes mientras civiles armados se enfrentaban contra los Templarios.

Pese al Gobierno, las autodefensas avanzan

El Gobierno de Michoacán asegura que los autodefensas han tomado hasta ahora una decena de los 113 municipios del Estado, pero los civiles alegan que su territorio se ha extendido a una veintena de ciudades.

Su más reciente conquista fue Coahuayana, donde incursionaron el mismo viernes, informó a AFP el edil de esa comunidad de unos 7.000 habitantes y cercana a la costa del Pacífico. El secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, subrayó este viernes que los autodefensas “están al margen de la ley”, y que si quieren participar como fuerzas de seguridad, tienen que “meterse al orden institucional”.

Sin embargo, el Gobierno ha sido señalado de proteger al jefe del Consejo de Autodefensas de Michoacán, José Manuel Mireles, quien sufrió un accidente aéreo el fin de semana pasado y desde entonces el gobierno se ha encargado de su seguridad y atención médica. Chong admitió haber dialogado con Mireles, pero asegura que fue en una “única ocasión”, y sólo para plantearle la posición del gobierno

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