Según el último reporte publicado este sábado por la Defensa Civil, el número de muertes por los temporales que azotan el sur de Brasil que provocan inundaciones suman 137, algo nunca antes registrado en la región.
El informe elaborado el viernes por la tarde por el Instituto Nacional de Meteorología indica que durante el fin de semana podrían caer más de 15 centímetros de lluvia, además, dio a conocer una alta probabilidad de que se intensifiquen los vientos y aumente el nivel del agua en la laguna de los Patos, cerca de Porto Alegre y sus alrededores.
La tragedia contabiliza al menos 141 personas desaparecidas y 400 mil desplazadas, de las cuales 340 mil se han refugiado en residencia de amigos y familiares, mientras que unas 71 mil personas se encentran en albergues improvisados por las autoridades.
Hasta el momento han sido afectada 444 ciudades y un total de un millón 950 mil personas han sido damnificadas por los temporales.
Según la Confederación Brasileña de Municipios, la violencia de las aguas dañó o destruyó más de 92 mil viviendas.
Daños ocasionados por los temporales
Rio Grande do Sul, estado fronterizo con Argentina y Uruguay, ha reportado 136 muertos y 756 heridos.
Dicho estado es un importante polo agropecuario y un sector fundamental para el crecimiento de Brasil, pero según los cálculos del gobierno regional necesitará de al menos 3 mil 700 millones de dólares para recuperarse de las inundaciones.
Otro fallecido fue reportado en el estado de Santa Catarina, también afectado por la catástrofe, pero en menor medida.
El jueves 9 de mayo, las lluvias disminuyeron, pero retomaron intensidad este sábado, especialmente en el Vale de Taquarí, una de las regiones más afectadas en la última semana, y en Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul.
Desde finales de abril, los temporales castigan a la región dejando un rastro de caos y destrucción en el que decenas de ciudades han quedado total o parcialmente bajo las aguas, como es el caso de Porto Alegre.
Cientos de vías ha sido destruidas o quedaron obstaculizadas, así como los damnificados sufren la falta de servicios públicos; a su vez, los hospitales están colapsados y sin condiciones adecuadas para atender a los pacientes.
Las condiciones climáticas han dificultado las operaciones de rescate y asistencia.
La nueva ráfaga de lluvias torrenciales complica las labores de 28 mil efectivos (bomberos, fuerzas de seguridad y voluntarios) que se movilizan para brindar ayuda humanitaria.
En las últimas horas, el desbordamiento de la Lagoa dos patos (en donde las aguas miden un medio y medio por encima de lo normal) tomó nuevas ciudades.
En las próximas horas, la situación puede empeorar, ya que se espera fuertes lluvias y vientos acompañados de la caída de la temperatura.
Por el momento, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció un paquete de ayudas de 9 mil 800 millones de dólares destinado para el estado de Rio Grande do Sul, que incluye medidas asistenciales directas, créditos subvencionados para empresas y ayudas para productores rurales, entre otras.