Pyongyang también ha descartado cualquier posibilidad de discusión con el actual Gobierno surcoreano. “Como ya dijimos, nos seguimos negando a establecer vínculos con el traidor Lee Myung-bak y su grupo”, añadió la Comisión de Defensa nacional, considerada la estructura más poderosa del país, que aludió en esos términos al presidente surcoreano.
El jueves, al día siguiente de los funerales de Kim Jong-il, fallecido el 17 de diciembre, Kim Jong-un fue proclamado “líder supremo del partido, del ejército y del pueblo”, en una inmensa concentración militar organizada en Pyongyang.
“El mundo debería tener claro que millones de soldados y ciudadanos nuestros, unidos con firmeza alrededor de nuestro líder querido Kim Jong-un para transformar la pena en valor y las lágrimas en fuerza, logrará la victoria final”, añadió el comunicado. El Norte prometió asimismo a Seúl que le hará pagar los “pecados” cometidos con ocasión de la muerte de Kim Jong-il.
“Haremos pagar hasta el final al traidor Lee Myung-bak y su banda los pecados imperdonables, para la eternidad, que cometieron con ocasión de los funerales nacionales” de Kim Jong-il, indicaron los medios de comunicación norcoreanos sin precisar en qué consistirán esas represalias.
Por televisión, las declaraciones fueron repetidas diez minutos por el presentador, mientras desfilaban al pie de la pantalla las mismas palabras. El Norte reprocha a Seúl que haya prohibido las visitas de condolencias a Pyongyang.
Solo dos delegaciones surcoreanas fueron autorizadas a pasar la frontera antes de los funerales de Kim Jung-il para rendir homenaje al finado. Las delegaciones estaban encabezadas por la viuda del ex presidente surcoreano Kim Dae-jung, que celebró con Kim Jong-il la primera cumbre intercoreana de la historia en 2000, y por la presidenta del grupo Hyundai.
Pyongyang también está furioso por el lanzamiento de octavillas por medio centenar de activistas instando a la insurrección contra la dinastía Kim. las octavillas fueron enviadas el día mismo de los funerales enganchadas a globos lanzados hacia Corea del Norte desde la frontera.
A pesar de los llamamientos occidentales para que Corea del Norte siga el ejemplo de Birmania y realice reformas políticas y económicas, el nuevo dirigente parece que al menos al principio va a seguir la doctrina familiar de la única dinastía comunista del mundo, estiman los analistas.
El hijo menor de Kim Jong-il, menor de 30 años, carece de experiencia de Estado y hereda un país con la economía deshecha, con dificultades para alimentar a su población. Los primeros años podría ser tutelado por la vieja guardia que rodeaba a su padre, sobre todo Jang Song-thaek, marido de su tía.
Los primeros pasos del heredero son observados con mucha atención por las cancillerías. País poseedor del arma nuclear, Corea del Norte representa un desafío considerable para la diplomacia regional de China -su única aliada de peso- y para Estados Unidos.
Washington acaba de anunciar que su subsecretario de Estado para Asia del Este, Kurt Campbell, viajará a China, Corea del Sur y Japón en enero para discutir sobre todo “de los últimos acontecimientos en Corea del Norte”.
