“Al menos 30 personas murieron y varios campos fueron destruidos, el balance podría ser mayor”, declaró un alto responsable de la seguridad en Miranshah, principal ciudad de Waziristán del Norte, epicentro del movimiento yihadista en la región.
Una segunda fuente de seguridad dio el mismo balance, que no se pudo confirmar por fuentes independientes.
El Ejército paquistaní lleva bombardeando una semana las posiciones de los rebeldes como represalia por la ejecución de 23 soldados por los talibanes, que motivaron la suspensión de las conversaciones de paz entre insurgentes y el poder.
Al menos 98 presuntos talibanes han muerto desde la semana pasada en bombardeos de la aviación paquistaní en zonas tribales del noroeste del país, atacada en repetidas ocasiones por los ‘drones’ (aviones teledirigidos) estadounidenses a lo largo de la última década. EE. UU. no bombardea estos bastiones talibanes desde finales de diciembre.