El terremoto, seguido de otros dos de magnitudes 6.7 y 5.6 Richter el domingo pasado, dejó como resultado dos personas muertas, y miles de damnificados y casas dañadas.
En sus 20 kilómetros de extensión, que comienza en el municipio de Nagarote, a cinco kilómetros de la costa, la grieta se introdujo por debajo del lago Xolotlán y atravesó la isla Momotombito, según el reporte oficial.
“En la misma alineación de esta falla, entre el volcán Momotombo y San Francisco Libre (al norte del Xolotlán), se detectó una importante falla, que viaja a través de un río en dirección noreste, pudiendo ser la continuación de la falla principal“, indicó Murillo.
Imágenes de televisoras del Gobierno mostraron que la abertura de la tierra llegó a ser de varias decenas de centímetros de anchura en algunos puntos de su vereda.
Científicos de al menos siete países, que se encuentran en Nicaragua estudiando el fenómeno, descubrieron otras tres fallas geológicas de menor tamaño cercanas a los volcanes Apoyeque y Momotombo, zona en la que se han producido miles de réplicas del sismo principal.
La tierra se desplazó pocos centímetros alrededor del volcán Apoyeque, aunque una inminente erupción fue descartada, reiteró la portavoz del gobierno.
Las autoridades gubernamentales mantuvieron el estado de “alerta roja extrema nacional“, ya que no se descarta la posibilidad de que ocurra un terremoto destructivo cerca o bajo Managua, una ciudad con 1.4 millones de habitantes que es considerada como “altamente vulnerable” .
La Policía Nacional y el gobierno central advirtieron a la población de “delincuentes” que están llamando a que abandonen sus viviendas para saquearlas a continuación, por lo que recomendaron no obedecer orientaciones paralelas a las que se brindan a través de los medios de comunicación gubernamentales.
El Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) se encuentra preparado desde el 10 de abril para un desastre de grandes dimensiones.
El gobierno levantó tres hospitales de campaña en Managua y Ciudad Sandino a la espera de los heridos que pueda dejar un posible desastre.
La Cruz Roja Nicaragüense solicitó donaciones masivas de sangre, cientos de familias fueron evacuadas de edificios frágiles, y los vehículos de emergencia de Managua fueron ubicados en puntos estratégicos de la ciudad.