Guatemala

“El Lago de Amatitlán se puede salvar”

Para muchas personas, el Lago de Amatitlán es un caso perdido, pero otras, como José Rodrigo Valladares Guillén, director de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y el Lago de Amatitlán (Amsa), creen que es un cuerpo de agua rescatable y que en el futuro puede ser la fuente de abastecimiento principal para el área metropolitana.

Valladares Guillén, quien asumió la dirección de Amsa en noviembre del año último, expone sus impresiones sobre ese cuerpo lacustre y el trabajo que se hace para conservarlo.

¿Cuál es la condición del Lago de Amatitlán?

Es un lago eutrófico (con poca vida acuática) que tiene concentración de clorofila en 25.5 microgramos por litro, concentración de fósforo en 540 microgramos por litro y una transparencia de 1.03 metros.

Las condiciones ideales serían las de un lago oligotrófico (con abundante vida acuática), con clorofila de 1.7 microgramos por litro, fósforo de ocho microgramos por litro y una transparencia de 10 metros.

Y con esas condiciones, ¿es un lago salvable o está agonizando?

La situación es alarmante, pero el Lago todavía es salvable, porque no está en el nivel hipertrófico, que sería un cuerpo de agua sin vida.

¿Cómo se combate la cianobacteria del Lago?

Instalamos dos biobardas, en forma transversal, las cuales tienen una tela geotextil que deja pasar el agua, pero retiene la microsystis o cianobacteria del Lago.

Ingenieros de Amsa diseñaron una balsa que atrapa la cianobacteria, para evitar el impacto visual negativo. Se trata de un programa piloto, y cada día se extraen 125 gramos de cianobacteria.

¿La ninfa sigue siendo un problema para el lago?

Muchas personas ven la ninfa como un problema, pero es un organismo vivo que se alimenta de nitrógeno y fósforo, dos sustancias contaminantes para el Lago.

Estamos sembrando ninfa en forma controlada en la desembocadura del río Villalobos, para capturar hasta un 34 por ciento de fósforo.

¿Cómo enfrentan el problema de la sedimentación en el Lago?

Hacemos dragados continuos, y calculamos que si Amsa no hiciera ese trabajo, el Lago perdería 10 centímetros de profundidad al año.

Cada año, el río Villalobos arrastra 500 mil metros cúbicos de sedimentos y el dragado que hacemos no es suficiente; para el 2010 esperamos retirar 40 mil metros cúbicos.

No tenemos maquinaria propia, sino la alquilamos, y hemos pedido a personas y empresas ayuda para continuar con esos dragados.

¿Los aireadores son efectivos?

El Lago por sí mismo mueve el agua para oxigenarla, y los aireadores lo que hacen es acelerar ese proceso.

Tenemos 40 aireadores instalados en el espejo del Lago; se tiene planificado instalar más, pero los recursos son pocos y hemos pensado en pedir ayuda a los dueños de los chalés, para que contribuyan aunque sea al pago de la electricidad de esos equipos.

¿Qué se está haciendo para evitar la erosión del cauce del río Villalobos ?

Para proteger los taludes y reducir los riesgos de derrumbes donde hay viviendas se está haciendo un enrocado en el cauce del río, lo cual consiste en colocar piedras dentro de redes de metal, para proteger el fondo y los lados del afluente.

Este año vamos a enrocar 7.35 kilómetros; con eso esperamos cubrir el 85 por ciento del cauce, lo cual también ayudará a reducir el arrastre de sedimentos hacia el Lago.

Durante el verano, en el río Villalobos fluyen 1.5 metros cúbicos de aguas residuales, y en el invierno llegan a 700 metros cúbicos, por lo que con ese enrocado también se reduce el riesgo de desbordamientos.

¿Se ha logrado reducir la carga de contaminación que el río Villalobos lleva al Lago?

Tenemos cinco plantas de tratamiento de aguas residuales, de las cuales una trata en forma directa el río Villalobos, pero solo el 30 por ciento del contaminante.

Uno de los proyectos es conseguir fondos para empezar el diseño y construcción de una megaplanta que estaría ubicada en la desembocadura del río y trataría el cien por cien de esas descargas.

¿Ha disminuido la contaminación industrial?

No podemos entrar en las empresas; hacemos monitoreos del río para ver si aumenta la contaminación, pero tenemos un proyecto que será financiado por una institución científica, para monitorear empresas y ver cuánto contaminan.

También estamos trabajando en un reglamento para la cuenca, en el cual, más que sancionar, buscamos que trabajen en colaboración con Amsa.

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