Guatemala

Nobel discute sobre genocidio en Guatemala con Pérez Molina

La ganadora del Nobel de la Paz 1997, Jody Williams, dijo este martes que sostuvo una discusión con el presidente Otto Pérez Molina sobre si se cometió genocidio contra los indígenas durante el conflicto armado interno de 36 años que asoló Guatemala.

Jody Williams, premio Nobel 1997.

Jody Williams, premio Nobel 1997.

CIUDAD DE GUATEMALA.- La estadounidense, acreedora del galardón mundial por su activismo contra las minas antipersonales, comentó a periodistas que Pérez Molina, un general retirado que asumió el poder el 14 de enero, “dijo que él no creía que hubo genocidio”, una posición que ha expresado anteriormente en público.

Según Williams, el mandatario respondió así al comentario que ella misma le hizo “cuando le comenté mi felicidad de que la jueza del caso (del ex dictador Efraín Ríos Montt) hubiese fallada en procesarlo por genocidio”.

Una jueza vinculó el 26 de enero al golpista en un proceso por genocidio cometido durante su gobierno de facto en el que aparecen imputados otros jefes militares de la época.

“Tras su comentario empezamos a dar cada uno nuestros puntos de vista y al final decidimos diferir al respecto”, comentó la activista que junto a la también laureada con el Nobel en 1992 y dirigente indígena guatemalteca Rigoberta Menchú realizan una gira para exigir justicia por los asesinatos de mujeres en Honduras, Guatemala y México.

Ambas, así como la documentalista Pamela Yates y la activista de Justicia Asociada Lisa Veneklasen, se reunieron el lunes en la noche con Pérez Molina. La Presidencia confirmó la realización del encuentro pero no emitió ningún pronunciamiento refiriéndose al mismo.

Williams dijo que se aseguró de advertirle al nuevo gobernante guatemalteco que opera con “‘mano dura’ y con boca dura, que lo voy a estar vigilando”, a lo que él “se rió”. Durante la campaña que lo llevó a la presidencia, Pérez Molina ofreció “mano dura” para aplacar la delincuencia que agobia a los guatemaltecos.

También dijo que expresó su preocupación ante una eventual militarización en Guatemala, pues considera que “cuando incrementa la militarización, aumenta la violencia en contra de las mujeres”.

Williams participó junto a Menchú en varias ceremonias para conmemorar el martes el 32 aniversario de la quema de la embajada de España, un episodio en el que las fuerzas de seguridad de Guatemala incendiaron la sede diplomática porque en esas instalaciones se concentraron un grupo de indígenas para denunciar internacionalmente la represión militar que sufrían en sus comunidades.

El incidente dejó 37 fallecidos, entre ellos el padre de la Nobel guatemalteca, Vicente Menchú, el exvicepresidente y otros funcionarios de Guatemala y varios diplomáticos españoles.

Una de las ceremonias conmemorativas fue la inauguración de una exposición de fotografías que documentan los hechos en la antigua facultad de medicina de la Universidad de San Carlos.

Menchú se hizo acreedora del premio Nobel por denunciar internacionalmente las atrocidades cometidas contra los pueblos indígenas guatemaltecos en medio del conflicto bélico que terminó cuando en 1996 las guerrillas marxistas y el gobierno firmaron un acuerdo de paz.

Las galardonadas con el Nobel también rechazaron las intenciones del gobierno de Pérez Molina de gestionar el restablecimiento de ayuda militar de parte de Estados Unidos a Guatemala, suspendida desde la guerra civil debido a las violaciones a los derechos humanos atribuidas a las fuerzas armadas guatemaltecas.

Estados Unidos ha dicho que el gobierno debe proseguir los procesos por crímenes contra la humanidad ocurridos durante los 36 años de conflicto interno y que respalde a un equipo internacional de fiscales, apoyado por la ONU, cuyos esfuerzos para combatir la impunidad en el país han sido criticados por la elite política de Guatemala.