La comunicación con El Salvador se perdió.

El gobierno revolucionario del 44 y, especialmente, Jacobo Árbenz Guzmán, desarrollaron las comunicaciones por carretera. Desde esa época, todo se confía a camiones que han ido creciendo en tamaño. Hoy las carreteras nacionales comienzan a saturarse por el tránsito. El mercado centroamericano tiene, además, un impedimento en la lentitud de los trámites aduanales. Recientemente se anunció que la velocidad promedio de transporte de mercancías es de 18 kilómetros por hora.

La primera opción para superar el extenuado transporte terrestre, con la consiguiente corrupción aduanera, consiste en desarrollar el cabotaje y la marina mercante. Esto amerita: primero, fortalecer a la armada. No se trata de un afán militarista ni buscar contar con submarinos y portaviones, sino de formar marinos. Los buques de cualquier calado necesitan ser dirigidos con disciplina. En medio de las tormentas no se discute ni se consideran puntos de vista contrapuestos. Al contrario, se debe obedecer al capitán.

Segundo, crear entes financieros que permitan la fundación de empresas familiares de naves de cabotaje. De esa cuenta, el transporte de mercancías en Centroamérica se realizará de manera bilateral entre todos los países. Para el efecto, se deben habilitar o crear puertos para embarcaciones pequeñas.

Tercero, propiciar la formación de compañías mercantes que trasladen contenedores a los grandes puertos centroamericanos y del Caribe. Parece fácil. Igual, que todos entienden. No obstante, para empezar, no se concita esa voluntad de fortalecimiento de la armada nacional. Se carece de barcos que permitan la experiencia de la navegación a distancia y en toda circunstancia. Se cree que invertir en la misma es equivalente a establecer cuarteles de molicie. La fuerza naval no es beligerante; por lo tanto, el llamado y convocatoria a su fortalecimiento debe partir del comercio y la industria nacional. Desafortunadamente, para ello se necesita visión empresarial que, en el país, se caracteriza por la miopía.

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