META HUMANOS

Hablemos de los niños, la pobreza y la desnutrición

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Con frecuencia escuchamos decir que los niños son el futuro del país. La realidad es que son nuestro presente. Ellos serán generadores del mejor futuro posible si, y solo si, los adultos generamos desde el hoy las condiciones que les permitan lograrlo. Una de ellas es nutrirlos integralmente. No solo para desarrollar todo su potencial, sino para erradicar la pobreza.

Siempre se ha creído que la desnutrición crónica infantil (DCI) se encuentra solo en los lugares más pobres y rurales, pero los datos muestran que no solo está ahí. La última encuesta materno infantil (ENSMI 2014-15) identificó que el 65.9% de las familias con prevalencia de DCI está en el quintil inferior de ingresos, pero destaca que el 44% está en quintiles superiores.

También se cree que es una situación localizada solo en las familias sin educación; sin embargo, la encuesta también resalta que el 19.1% de los hogares con niños con desnutrición cuentan con estudios de nivel superior.

De igual forma, el uso de porcentajes desvía la atención de las poblaciones con más casos de desnutrición crónica infantil. Por ejemplo, comparemos los departamentos de Guatemala y Totonicapán: según dicha encuesta, la tasa de DCI en Totonicapán es del 70% de un total de 48,076* niños, o sea 33,653; mientras que en el departamento de Guatemala es del 25.3% de un total de 264,759* igual a 66,984 niños; es decir, el doble de niños que en Totonicapán. (*Censo 2018).

' Ellos merecen este esfuerzo nacional para garantizar su futuro, desde el hoy.

Edna Lima de Morales

Si comparamos el ingreso medio del país, versus otros países, no parece haber una relación directa entre pobreza y desnutrición, pues pese a tener una población con un ingreso medio promedio, los niveles de desnutrición crónica son significativamente más altos en Guatemala (46%). Lo mismo sucede si vemos el índice de desarrollo humano. Esto nos permite concluir que el crecimiento económico no es suficiente para desarrollar nuestro capital humano.

Entonces no es cierto que solo los niños en pobreza crecen con desnutrición. Lo que sí es cierto es que la desnutrición genera un círculo vicioso de pobreza. Un niño que crece desnutrido no desarrollará todo su potencial, le costará aprender, estará más propenso a enfermarse y hasta morir. Si sobrevive no tendrá éxito en la escuela. Cuando sea adulto no tendrá oportunidades de un mejor empleo con mejores ingresos. Su futuro está comprometido quizás desde el embarazo.

Entonces, ¿qué nos falta para avanzar? Invertir en nuestro capital humano, acabar con la desnutrición crónica infantil. ¿Cómo? Acompañando a crecer a todos los niños desde el embarazo hasta los 4 años, para garantizar que desarrollen su potencial. ¿Qué significa acompañarlos a crecer? Nutrirlos integralmente: cuerpo, mente y alma a través de estimulación oportuna, nutrición adecuada, acceso a servicios de salud, agua y saneamiento y crianza con amor. ¿Qué programa hace esto? El programa “Acompáñame a Crecer”, del Mineduc, y el establecimiento de Centros Comunitarios de Atención Infantil Integral (Cecodii), un programa que une al sector público, la cooperación internacional y el sector privado, a través de alianzas público privadas, que permiten sumar esfuerzos por un objetivo compartido: nutrir integralmente a la niñez guatemalteca.

El programa ya genera resultados positivos, mas es necesario acelerarlo y escalarlo a nivel nacional. Para lograrlo se necesita sumarnos con voluntad y claridad, para que los niños estén al centro de todas las agendas. Ellos merecen este esfuerzo nacional para garantizar su futuro, desde el hoy. De lo contrario, nosotros mismos los condenaremos a seguir generando pobreza.

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