A los microbiólogos que se dedican a esto, en otros países les dicen epidemiólogos, ya que lidian con epidemias y  la manera de contrarrestarlas. Tienen que ver mucho con las enfermedades transmitidas por alimentos y el agua, como ejemplo, la fiebre tifoidea y el cólera. También con enfermedades  como el sida y la tuberculosis. Igualmente les concierne vigilar otras enfermedades menos peligrosas, como el sarampión y la rubeola, que eventualmente pueden ocasionar epidemias. También tienen que vigilar las maneras sanitarias del manejo de los desechos del agua, la distribución adecuada del agua potable, vigilar la calidad de la leche y los alimentos, y  la dispersión de las enfermedades por los insectos.

Existe el vocablo “polución del agua” cuando huele mal o tiene mal sabor, y ocurre por  la vía subterránea, como pozos y vertientes profundas, y  la vía superficial, como  en los lagos, ríos y pozos poco hondos. Se dice que un agua está polucionada porque contiene venenos químicos o biológicos. Por eso existe la definición de “agua potable”,  que se refiere a la  limpia, que se puede beber  y no causa daño alguno.

“El acceso al agua sana es un derecho  fundamental y  básico   de los derechos del hombre. El agua contaminada pone en peligro la salud física y social de toda la gente. Esto desafía a toda la humanidad”,   Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas.

El agua puede polucionarse de tres maneras:    de manera química  —por la introducción de agentes orgánicos e inorgánicos, como  grandes cantidades de cobre o hierro—,   de forma física —por partículas de materia, como la  arena o suelos que producen agua turbia— y  por microorganismos —que ingresan a partir de plantas procesadoras de alimentos, empacadoras de carne o   edificios médicos—. Los alimentos también pueden dañarse y considerarse peligrosos para las poblaciones. Del mismo modo pueden contaminarse y causar infecciones intestinales.

La mayoría de infecciones adquiridas de este grupo de reservas naturales se contraen a través de la boca, en el proceso de tragar. En 1866,  John Snow determinó que la transmisión del cólera en Londres era por una bomba con agua contaminada.  En Zambia,  en el 2003-2004 hubo dos mil 539  casos, de los cuales 128 murieron. El CDC estableció que no era el agua la fuente de contaminación, sino los vegetales y las frutas.

Las infecciones microbianas pueden categorizarse como  intoxicaciones —Ingesta de toxinas—. Ejemplo, la toxina botulínica, la toxina del Staphylococcus aureus o de los Clostridios  y las  enfermedades que se adquieren por alimentos contaminados creciendo en el cuerpo, tales como salmonella, cólera, etc. Es importante el tratamiento de las aguas negras  y las pluviales. Los microorganismos juegan un papel importante en la biosfera del agua y el suelo y  en los ciclos del carbono, nitrógeno y azufre.

La acción de las bacterias fijadoras de nitrógeno es esencial en la vida. Hoy en día, en la era de la automatización,  nuestro ambiente está sufriendo serios deterioros,  los cuales pueden ser irreversibles para la humanidad, sobre todo para nuestros niños, quienes lo lamentarán en el futuro. Por eso  ¡cuidémosla!

*Exdirector de la Escuela de Química Biológica de la Universidad de San Carlos y exjefe de Laboratorios del IGSS.