Una deuda pendiente

Ileana Alamilla

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y el 33.7%, en la urbana, y la mayor incidencia es en mujeres indígenas, entre quienes es más del doble. Además, el 41.4% ha fallecido en sus propias casas, y el 5.8 por ciento, en tránsito, lo que significa que han muerto sin tener oportunidad de atención institucional.

Guatemala cuenta con un marco institucional y legal que declara a la salud como un bien público y asigna al Estado la responsabilidad de velar por la misma, sin discriminación alguna. Obviamente, este es un compromiso incumplido; no importa cuáles sean las razones.

Las hemorragias, las infecciones, la hipertensión, los abortos y las embolias son las principales causas de la pérdida de vida de las mujeres. Los compromisos que se asumieron en relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, cuya meta 5 es reducir la mortalidad materna en 75% para el año 2015, seguramente no se alcanzará, a menos que se tensaran los esfuerzos y recursos en los lugares donde el problema está concentrado, se asuman estrategias y se asegure la coherencia e integralidad de las intervenciones, pero sobre todo que se cuente con el financiamiento para los programas, señala la Alianza por la Salud Reproductiva de las Mujeres.

Un problema fundamental es que los registros son insuficientes, hay subregistro y los servicios de salud no disponen de información precisa y oportuna, lo cual no permite que puedan estimarse las verdaderas cifras de estas muertes. Y aún con esta deficiencia se están reportando muertes maternas en edades de 10 a 14 años, lo que agrava enormemente esa tragedia.

La mortalidad materna es un problema de salud pública a nivel nacional y mundial, que a pesar de ser considerada una prioridad, los esfuerzos realizados por el Estado aún no han logrado una reducción, según la información de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan) y el MSPAS. Y aunque se ha visto una mínima disminución en los niveles de decesos ocasionados por problemas en el embarazo, parto y posparto, persiste el reto de asegurar los servicios para alcanzar una maternidad saludable.

En Quiché, Marco Augusto Gálvez, de la Red de Hombres por la Salud Reproductiva, consideró que entre las distintas categorías de la violencia contra la mujer están también los casos de muertes maternas, muchas de ellas son ocasionadas por negligencia o por la falta de una atención adecuada. En 2011 se registraron 40 casos, mientras que en Baja Verapaz se han reportado muertes de jovencitas

La nueva administración recibe esta deuda de vida con las mujeres, con sus familias y con el país.

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