Estamos a punto de entrar a una nueva etapa en la cual Jimmy Morales, presidente electo, tomará posesión junto a su equipo de trabajo. Ahora nos toca a todos poner de nuestra parte para que Guatemala cobre un brillo diferente y podamos dejar atrás la desigualdad, la corrupción, la inequidad y tantos males que nos han aquejado por tanto tiempo. Muchos dirán que no podrá. Otros dirán que estará intentándolo. Otros le criticarán y otros le aplaudirán, pero en medio de tanta especulación, insisto en que debemos tomarnos de la mano para apoyarnos todos.

El nuevo gobierno tendrá que velar por temas a los que otros gobiernos no le han dado importancia, como velar por los recursos naturales, combatir el cambio climático, hacer cumplir las leyes ambientales, dar seguimiento a los convenios internacionales y asesorarse sobre gestión de riesgos, que necesita ser tratado con responsabilidad. Daré varios ejemplos de iniciativas en otras partes del mundo que han dado un curso diferente. Algunos son proyectos público-privados; otros no.

En Brasil, con la excesiva presencia de agrotóxicos e insumos químicos, la población de una comunidad entera se estaba muriendo. Al darse cuenta de su inmenso error, empezaron a recuperar la fertilidad de la tierra y así evitar la muerte de sus habitantes, formando una cooperativa de productos ecológicos, naturales y económicos. Estos fueron sus instrumentos para resolver el problema de hambre y la desnutrición.

En medio de la selva peruana habitaban, hace 10 años, unas ochenta familias de una comunidad llamada “El Infierno”, donde convivían con prácticas depredadoras. Poco a poco vieron que necesitaban del turismo y para sorpresa de ellos corroboraron que los visitantes extranjeros usaban el río Tambopata de su región para transportarse. No podían perder la oportunidad de desarrollar ecoturismo, y campesinos e indígenas se aliaron a investigadores para, juntos, crear “Posada Amazonas”, una agencia que ahora recibe a los turistas de todas partes del mundo en busca de la fauna y la flora local. La parte interesante es que, al parecer, le cambiaron el nombre del “Infierno” por algo más amigable. Ahora la comunidad goza de los beneficios de la ciencia y del ambiente en una misma zona, y a través del trabajo mancomunado todos están elevando su calidad de vida.

Mientras usualmente hacemos hincapié en detener los incendios forestales, la tala indiscriminada y en la consecuente pérdida de las especies, una razón principal es porque en las selvas se encuentran bancos de genes para la cura de enfermedades, y otra porque, conservando los bosques, podemos reducir los riesgos del cambio climático. En Perú, los Aguaruna cosechan Uña de Gato, una corteza medicinal. En Madagascar se revelan los secretos de la vainilla perfecta. Mientras que, en Ecuador, observamos cómo una organización de comercio justo ha triunfado con la comercialización de la Pepa de Oro, convirtiéndose en el primer exportador de cacao. En Guatemala, a pesar de contar con el Árbol del Ramón, que contiene excelentes propiedades nutritivas a través de su nuez, tallos y hojas, para manufacturar con ellas, atoles, galletas, tortillas y pan, entre otros, aún no le damos el reconocimiento que debiéramos. Si cada niño de edad escolar comiera una galleta de ramón cada día, no tendríamos desnutrición. ¿Apoyará el nuevo ministro de Agricultura el Ramón?

Sintonícenos hoy por Guatevisión, a las 8:30 am. Panel sobre la COP 21 ¿Cómo responderemos al Pacto Mundial sobre Cambio Climático? Concentrémonos en lo positivo. Adelante, Jimmy.

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