Varios hechos ocurridos durante las últimas semanas permiten visualizar el surgimiento de una dinámica que agita el debate en las interrelaciones entre personas, instituciones y diversos colectivos.

El primer hecho, que coincidió con las expectativas ciudadanas a partir del cambio en las urnas, fue la decisión del nuevo presidente del Congreso de dar a conocer detalles sobre los ingresos que tanto el personal como los asesores devengan en ese organismo, lo cual le ocasionó muchas críticas, pero indudablemente fue mayor el reconocimiento por haber hecho accesible información que los anteriores presidentes se habían resistido a divulgar.

El segundo hecho de gran relevancia también ocurrió en el Congreso y fue por las reacciones que despertó la aprobación de las reformas a la Ley del Ministerio Público, que puso en evidencia a quienes pretendían oponerse a esos cambios y que recibieron amplias muestras de rechazo, que finalmente los llevaron a cambiar de postura y sumarse a una serie de reformas que son necesarias en el país.

Este caso, no solo fue la sociedad civil y los diversos sectores de opinión los que les hicieron ver a los integrantes de FCN-Nación la ruta equivocada por la que avanzaban, pero también altas autoridades, como la fiscal general Thelma Aldana y el comisionado Iván Velásquez, se sumaron a las presiones en un auténtico debate de ideas que reforzó el concepto de lo que debe ser un parlamento.

A estos hechos se suma el recurso planteado por el abogado Alexander Aizenstatd, quien busca que los diputados tránsfugas justifiquen su decisión para cambiarse de camisola. Algo que a muchos les va a resultar difícil cumplir, pues no ha de ser fácil encontrar argumentos para explicar un acto de traición hacia miles de electores que confiaron en ellos y en el partido que los postuló en las pasadas elecciones.

En esta ocasión, la Corte de Constitucionalidad ha iniciado las diligencias para escuchar a los tránsfugas y las razones del último cambio en el que incurrieron varios de la actual legislatura, muchos de los cuales incluso son reincidentes.

Pero más que indicar el porqué del cambio a los magistrados de la CC, los tránsfugas deben ser honestos en sus argumentos, porque en el fondo es a los guatemaltecos que votaron por ellos a quienes tienen que rendir cuentas por esa conducta repudiable, pues es sabido que esas artimañas constituyen el acto más desleal que un político puede cometer, ya que sus motivaciones están muy alejadas de la ética.

En el fondo lo más importante que se debe destacar en estos tres hechos citados es que se está produciendo en el país una dinámica social digna de una democracia en pleno desarrollo, pues así, con la exposición de criterios diferentes y su respectiva defensa, es como se puede consolidar el modelo.

Este es un proceso que tiene sus raíces en el descontento por los abusos cometidos por el gobierno perezbalde-ttista y que todavía tiene un largo trecho por avanzar. Pero es un dinámico regateo que avanza en la búsqueda de un mejor sistema político.