PLUMA INVITADA
Guatemala: momento histórico
Hace cuarenta años tuve el privilegio de estudiar en Guatemala como becario. Pronto me rendí a su belleza natural, su cultura, su historia y la calidez de su gente. Por eso fue un honor volver a este país, hace dos años, como director de USAID-Guatemala.
Los sucesos transcurridos en Guatemala han sido extraordinarios. Que la sociedad civil se haya unido en un esfuerzo pacífico para impulsar un proceso de reformas anticorrupción ha sido, como han aseverado analistas, una inspiración y un ejemplo para el mundo.
Estoy orgulloso del rol que ha jugado USAID en los últimos 25 años, fortaleciendo a la sociedad civil y a las instituciones de justicia claves en este proceso. Sin dudas, el éxito de esta Primavera Guatemalteca es digno de celebración; en USAID vemos este momento como oportunidad en la búsqueda de consensos para reducir pobreza, desnutrición, inseguridad y corrupción.
El momento para hacer los cambios es ahora. Los casos de corrupción han servido para comenzar a erradicar la falta de transparencia que ha carcomido la institucionalidad guatemalteca. La sociedad civil y el gobierno tienen hoy la oportunidad histórica de construir una nueva relación que responda a las demandas ciudadanas y que produzca un nuevo rumbo para el desarrollo del país.
Esta visión coincide con lo comentado por el presidente electo, Jimmy Morales, al describir su victoria electoral: “El resultado del voto valiente, de un voto lleno de esperanza, y de un voto dirigido a poner fin a la corrupción”.
La capacidad presupuestaria en salud y educación es precaria, dada la falta de rendición de cuentas y la impunidad endémicas en la administración pública. La desarticulación de las estructuras de corrupción enquistadas, principalmente en la SAT, constituye la oportunidad de crear una alianza entre la ciudadanía y sus instituciones.
Los retos en desarrollo humano son enormes, pero no imposibles. El país ha tenido logros en salud, educación y seguridad ciudadana. Más estudiantes han terminado primer grado, la mortalidad en la niñez ha disminuido en los últimos 20 años, de 68 a 35 por cada mil niños nacidos y la tasa de homicidios ha bajado de 51 a 30 por cada cien mil habitantes.
El poder de una sociedad civil unificada quedó evidenciado en su lucha anticorrupción. Vincular ese logro con la oportunidad de construir una alianza con un gobierno reformista puede generar las condiciones presupuestarias esenciales para hacer frente a los desafíos de desarrollo que enfrentan las regiones más vulnerables en Guatemala.
Un elemento clave en el desarrollo de un país es la capacidad y voluntad de este, de invertir en su gente para mejorar sus condiciones de vida. Regiones como el altiplano han sido afectadas por la negligencia gubernamental, la corrupción y el despilfarro de recursos públicos. Sin la presión de la sociedad civil y la convergencia de las instituciones estatales, la región seguirá sufriendo de la apatía gubernamental.
Como aseveró el vicepresidente Joe Biden, los ciudadanos de los sectores privado y público tienen la oportunidad histórica de colaborar para mejorar la recaudación y administración de los ingresos del Estado e invertir en su futuro. Nuestro gobierno está dispuesto a apoyar dichos esfuerzos.
Guatemala debe aprovechar esta oportunidad histórica para replantear la relación entre los ciudadanos y sus gobernantes, especialmente en la recaudación fiscal para lograr que la provisión de servicios públicos llegue a los rincones más vulnerables del país. El momento para hacerlo es ahora.
*Director de USAID-Guatemala