El lucro

pero esta equiparación del lucro con el robo es muy común. Claro está que la extracción con violencia, coerción o fraude no es lucro, es robo.

El lucro provoca en muchos una sensación de molestia e injusticia; piensan que es una acción explotadora o extractiva que unos hacen a otros, restando recursos a los demás. Este pensar va con el desafortunado y errado ensayo de Michel Montaigne, titulado: La ganancia de un hombre es la pérdida de otro. El insípido lugar que ocupa el lucro en la cosmovisión está profundamente infiltrado en la educación y la cultura a todo nivel. Es contradictorio que frecuentemente en este tipo de razonamientos también va algún enunciado sobre la necesidad de “atraer inversión”.

El ecosistema de pérdidas y ganancias es uno de los más extraordinarios mecanismos de cooperación y coordinación social descubiertos por la humanidad y la civilización. Sin pérdidas y ganancias, la sociedad está en gran parte “ciega”, no puede “ver” aquello que crea valor, y tampoco puede ver lo que lo destruye. Las ganancias y pérdidas permiten distinguir entre aquellas actividades que crean o suman valor y aquellas que lo consumen o restan. Las ganancias y pérdidas derivadas del comercio voluntario son señales muy poderosas.

El “individualismo estructurado” es esencial al proceso de ganancias y pérdidas. Este principio significa que los individuos cosechan los resultados de sus aciertos y cargan con los costos de sus errores. En este sentido, las personas que proponen la superioridad moral de la pérdida sobre el lucro lo hacen a sabiendas de que no son ellos los que tendrán que cargar con las primeras, desplegando gran creatividad sobre cómo trasladarlas a otros.

Los moralistas que tratan el lucro de una manera despectiva podrían invertir el mismo esfuerzo en darle tratamiento a su contrario; la pérdida. Lo que no “lucra”, por definición, consume más valor del que produce y, por tanto, alguien tiene que cargar con esa pérdida o consumo de recursos. Típicamente, los detractores del lucro, que implícitamente promueven pérdidas, consideran que estas deben ser trasladadas a “otros”.

Algún rechazo al lucro proviene de pensar que todo este es destinado al consumo. Por el contrario, los empresarios y empresas que prosperan lo hacen precisamente porque consumen una fracción del lucro que producen y la mayor parte lo reinvierten. Esta es la base del progreso.

Generalmente, si se quiere más de algo, estaremos mejor servidos cuando su provisión está sujeta a los incentivos y la disciplina de la propiedad y el mecanismo de pérdidas y ganancias. Siempre y cuando, claro está, que dicha provisión esté absolutamente abierta a la competencia, con libertad de entrada y salida y no sujeta a privilegios o barreras.

Frederic Bastiat es padre de muchos aforismos instructivos, aquí hay uno: “Todos quieren vivir a expensas del Estado. Olvidan que el Estado quiere vivir a expensas de todos”.

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ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).