Nomofobia
Con el uso de los celulares han surgido algunos trastornos psicológicos que están creando problemas en la sociedad. Nos referiremos a uno de los principales, que muchas veces sin saberlo estamos padeciéndolo: el miedo a estar sin un teléfono móvil al alcance, ya sea porque se ha olvidado en casa, por no tener la batería del mismo cargada o por haberlo extraviado temporalmente. Esta enfermedad se conoce como nomofobia, vocablo que proviene de los términos ingleses no mobile phone phobia. Lo que ocurre es una dependencia extrema al uso del teléfono, que se transforma en una fobia.
Entre los síntomas que se manifiestan más comúnmente son: ansiedad, taquicardia, dolor de estómago, dolor de cabeza, pensamientos obsesivos, etc. El término surgió en el 2011, en Inglaterra por una investigación que realizó la empresa de seguridad SecurEnvoy, donde concluyen que en ese país el 61% de los hombres y el 70% de las mujeres sufren de este trastorno y que los más propensos son los jóvenes entre 18 y 24 años.
Laura Martínez, en un artículo, publicado en la revista Muy Interesante, menciona que “según los expertos, el nomofóbico suele ser una persona insegura y de baja autoestima. Las mujeres son quienes más la padecen, dado que su estructura cerebral les procura una mayor necesidad comunicativa y necesidad afectiva que a los varones. En cuanto a la edad, la nomofobia suele darse en mayor medida en adolescentes”.
El problema va también más allá, pues la persona hace uso de su celular en cualquier momento y todo lugar, interrumpiendo eventos importantes como: clases, reuniones familiares, de trabajo, institucionales, religiosas y también exponiendo su vida, por ejemplo al usar el teléfono al ir conduciendo sus vehículos, o incluso hasta en motos, también al caminar con la atención en el celular.
Ante esta situación, es importante que los padres de familia tomen conciencia real de esta problemática, aconsejen y eduquen a sus hijos para el uso de sus teléfonos móviles. Para ello deben establecerse reglas claras de convivencia dentro del hogar para el adecuado aprovechamiento del tiempo.
Autoanalícese, y si usted está contagiado de este trastorno, haga un esfuerzo por cambiar estos hábitos para dar buen testimonio ante la sociedad y su familia, antes de que se convierta en un problema inmanejable.
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