La capital de la incultura

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Así empiezo sumamente molesto por el trato que se le está dando a esta ciudad que diz que es la Capital de la Cultura… ¡Por Dios, no ahora!… ¿Quiénes la eligieron para tal nombre?… Si se han dedicado a destruir sus rasgos históricos, y ahora, para culminar, han continuado con el teatro Miguel Ángel Asturias, precisamente en el aniversario de su muerte. —ver columna de Mario Antonio Sandoval (16/ 6/14)—

Este teatro lo empezó el arquitecto Marco Vinicio Asturias, en tiempos del presidente Miguel Idígoras, en 1961. Él era nuestro profesor de arquitectura y sobrino de Miguel Ángel Asturias. Fue cuando se escogió la colina donde estuvo el fuerte de San José, destruido durante la revolución del 44. El proyecto remataba el centro cívico y era de dimensiones colosales, estuvo considerado dentro de la arquitectura funcionalista, características de las edificaciones de la época. El teatro contaba con un gran foso escénico que llegaba hasta el escenario y que en el nuevo diseño serviría como teatro de cámara. Quedó inconcluso al fallecer Marco Vinicio en un accidente de tránsito.

El ilustre ingeniero y escultor Efraín Recinos, con quien tuve muchas veces el honor de trabajar, lo retomó. Fue en 1971 cuando se inició la obra, junto a otros arquitectos que colaboraron en esa gran escultura construida sobre los cimientos que iniciara el Arq. Asturias. Una escultura que jugaba con el horizonte del Centro Cívico, con montañas y volcanes, perfil de la ciudad de Guatemala. La forma del teatro es más una escultura al estilo de la nueva plástica de la época, porque hace uso de curvas y declives y formas geométricas muy peculiares. Se construyó sobre los cimientos originales que crearon una limitante, así el nuevo diseño se hizo sobre la parte fundida de hormigón armado. El ingeniero Recinos había construido el Teatro al Aire Libre del conjunto. Con sus trabajos como escultor y pintor, que lo antecedían, logra combinar todos estos elementos en una creación armoniosa única en el nuevo teatro que se inauguró en 1978.

La jardinización convive de tal forma que es difícil decir que es un complemento del edificio o está en el entorno: Ex aequo —del latín igual—, es funcional y se combinan entre sí. Lo que nunca fue evaluado por esos bárbaros. Y fue precisamente aquí donde se les ocurrió correr en motos, emponchados en el verde municipal para que no olvidemos quiénes fueron. Ni por los que les dieron ese permiso, incluyendo la “Policía Municipal de Tránsito” (Prensa Libre 17/6/2014 pág. 5). Lo más grave fue la destrucción de la huellas de las escalinatas. dado que el teatro está rematado con acabados de materiales diferentes desde sus pisos, con la aplicación de piedrines de mármol y otros materiales que le dan esa expresión tan peculiar.

ESCRITO POR:

Alfonso Yurrita Cuesta

Arquitecto con estudios de urbanismo en Land Reform Training Institute, Taiwán / Lincoln Institute of Land Policy, Inc., EE. UU. Director de la Unidad Planificación Urbana Municipalidad de Guatemala. Desarrolló el Plan Regulador de Antigua Guatemala.