Aires de justicia
El juez Gabino de la Cruz Cahuec, con su sentencia, afirma que la familia Chun Ac tiene el derecho legítimo a la posesión histórica de la tierra, de la cual han sido excluidos por el sistema de propiedad privada que ha prevalecido en el país desde la época de la Colonia. El mismo juez sentencia que “esta situación de mozos colonos lamentablemente persiste particularmente en los departamentos de Baja Verapaz y Alta Verapaz; es un modelo de producción para los propietarios de grandes fincas y que ha sido fomentado por los distintos gobiernos en toda la historia de nuestro país”.
“Esta condición ha tenido como característica esencial que el trabajador —por cierto, en su mayoría, indígenas, originarios ancestralmente de las tierras que ahora no les pertenecen según el sistema jurídico predominante— viva en terrenos de latifundios, para que esté siempre disponible al servicio del patrono”.
Con esta sentencia caen por su propio peso las afirmaciones que hacen intelectuales del sistema al declarar que solo los dueños de las fincas tienen derecho a la propiedad privada de la tierra, cuando en realidad los pueblos también tienen derechos históricos sobre la misma, que les fue arrebatada por el mismo sistema capitalista guatemalteco.
Atendiendo esta situación histórica, el juez, en su sentencia, solicita urgente al Fondo de Tierras y a la Secretaria de Asuntos Agrarios que se atienda en forma inmediata a la familia Chun Ac, en relación a su condición de mozos colonos, y se le provean por parte del Estado las condiciones necesarias para que puedan acceder el derecho legítimo de la tenencia de la tierra, con asistencia de la PDH; para ello concede un plazo de un año.
Esta sentencia abre un precedente importante y que puede ser una enseñanza para quienes imparten justicia en la región. Además, debe ser leído y estudiado detenidamente por estudiantes de Derecho, activistas sociales y centros de investigación, porque es primera vez que un juez asume con conciencia que cuando se imparte justicia se debe tomar en cuenta toda la situación de injusticia de que han sido objeto los pueblos originarios de la región de Tezulutlán. Ahora sí podemos decir que cuando se quiere impartir justicia en favor de los oprimidos se puede hacer.