El viernes 15 de diciembre fui invitada a la décima entrega/alfombra roja de los “GVII Awards International” en Los Angeles, California. Este magno evento fue organizado por el consagrado cantautor, productor artístico, promotor cultural guatemalteco conocido como “Gustavo VII”, cuya brillante trayectoria artística data de 43 años. Cuando veo a guatemaltecos destacar como  Gustavo VII fuera de nuestras fronteras, me hincho de orgullo.

Al evento se dieron cita artistas que han destacado como periodistas, cantantes, cineastas, actores y actrices. Según Gustavo VII, el evento no fue diseñado como un concurso, ni tiene la tónica de nominaciones, sino que se trata de reconocer a personas que por muchos años han llevado a cabo el arduo trabajo dentro del canto, la fotografía, el cine, el teatro, la actuación y la comunicación.

Todo empezó en el 2005 cuando en Los Angeles, nace el “GVII Awards”, para celebrar el día del artista guatemalteco. Ahora ha cumplido 13 años y sucede cada 27 de octubre. En el 2008 nace el “GVII Awards International” a petición de artistas de otras nacionalidades, el cual cumplió ya una década. Hoy son 25 artistas recipientes de los reconocimientos cuyas nacionalidades varían. Fueron galardonados artistas de Perú, Colombia, El Salvador, Honduras, México y Guatemala. Para honra nuestra, el evento de Gustavo VII fue transmitido en vivo por estaciones de radio y televisión.

Y hablando del arte deseo felicitar al viceministro Maximiliano Araujo del Ministerio de Cultura y Deportes por la gran labor que realiza promoviendo las obras de artistas guatemaltecos en el exterior. Hablo tanto de producciones cinematográficas como de conciertos de marimba en Europa. Es hermoso que el Ministerio cuente con una Dirección de Formación Artística, que dirige la actriz y licenciada Grecthen Barneond con más de seis mil alumnos, en sus centros de educación situados en distintas partes del país. Se trata de nueve conservatorios, 17 escuelas de arte y 72 academias comunitarias, 23 escuelas de marimba, y 26 conjuntos, cuyos integrantes son niños y jóvenes. Por todo ello, el aplauso va para la Dirección General de las Artes.

Ya nos acercamos a la Navidad y el Año Nuevo y mientras sucede, recapacitemos sobre lo que viene para el 2018. Algunos pensarán que falta mucho por hacer para promover el arte en Guatemala, pero hay más cineastas haciendo películas y destacando en el exterior. Por supuesto que los desafíos para el 2018 son seguir erradicando la corrupción o las bandas que operan en nuestras ciudades. Pero evidentemente el arte es un respiro.

Debemos admitir que la música y el arte son el alma de un país y de interesar a la juventud a capacitarse artísticamente, veremos menos delincuencia. Hay talento, por lo que debemos darles oportunidades para que se capaciten en escuelas de formación artística o en universidades.

Si usted, querido lector, está de acuerdo conmigo de que debemos avanzar sin dejarnos influenciar por panoramas oscuros, apoye más al artista nacional. Crea en que podemos hacerle volar, tal y como lo hizo Charles Lindberg cuando voló por primera vez sobre el Atlántico o como lo ha hecho Gustavo VII con su gran evento. Creamos más en nosotros mismos y en los guatemaltecos que nos hablan con un espíritu limpio, con una sonrisa auténtica, con un sueño que habla con sinceridad.

Estamos llegando al final de un año turbulento, pero satisfactorio porque hemos aprendido muchas lecciones en el camino. Una de ellas es que el futuro puede cambiar para bien.