FAMILIAS EN PAZ

Amigos verdaderos

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La amistad y el amor son distintivos del ser humano. Surge de una relación de doble vía que implica una alta carga afectiva, convirtiéndose en una relación estable, de confianza y consideración mutua, de respeto y tolerancia.

Cada época determina la forma en que nos relacionamos. Las comunicaciones en el mundo actual avanzan a un ritmo vertiginoso que han producido cambios significativos en las relaciones humanas: redujeron la brecha de tiempo y espacio.

Todos necesitamos amigos, es algo inherente en el ser humano. Lo difícil ahora es construir relaciones que perduren. La desconfianza y el individualismo del mundo actual determinan nuestra forma de pensar y actuar, limitando la posibilidad de desarrollar relaciones sanas, de edificación mutua, sin ningún interés personal de por medio. El mal del presente siglo es la soledad y se evidencia en la medida que las grandes ciudades crecen. La tendencia a la depresión de las sociedades desarrolladas puede que sea consecuencia del individualismo, que ignora el sentido de servicio y sacrificio que demanda una amistad sincera.

Pero la realidad es que ya no conocemos ni al vecino, en el ámbito laboral las relaciones se caracterizan por un espíritu de competencia; con dificultad llegamos a confiar plenamente en otra persona. En cuanto a las relaciones virtuales podemos estar engañados creyendo que tenemos muchos “amigos” solo por el hecho de estar conectados en alguna red social, cuando en realidad la mayoría son solamente contactos del mundo virtual. Este tipo de relaciones no son las mismas a nivel personal. No es lo mismo relacionarse con alguien por mensajes que tener el privilegio de conversar, verle a los ojos, tomarse un café y mostrarle afecto de manera personal. De ahí la gran paradoja de la tecnología: acerca a los que están lejos pero aleja a los que están cerca.

Un amigo es una poderosa influencia en nuestra vida. Es esa persona en la que podemos confiar, que está en las buenas como en las malas, llegando a convertirse más que en un amigo, en hermano. ¿Es posible desarrollar este tipo de relaciones en este mundo dominado por el individualismo, egocentrismo y materialismo? Por supuesto que sí.

Lograrlo implica cultivar el amor fraternal, un vínculo de amor y misericordia que une a las personas sin máscaras ni hipocresías, dispuestos a perdonar las faltas, a aceptar la crítica sincera y ante cualquier amenaza está dispuesto a dar su vida por el otro.

Este tipo de amor fue modelado por nuestro Señor Jesús. Nos enseña que es posible, pues Él mismo tomó la iniciativa para llegar a ser nuestro amigo. Nos buscó, se interesó por nosotros y fue tal su amor que estuvo dispuesto a dar su vida por toda la humanidad a pesar de nuestras imperfecciones, errores y pecados. Murió para que tuviésemos paz, permitiendo así restaurar la relación que había sido rota por el pecado.

En este mes del cariño valora tus amistades. Cultiva las relaciones que Dios te ha permitido tener, invierte en ellos tiempo y servicio desinteresado. Porque quien quiere amigos, ha de mostrarse amigo.

platiquemos@familiasenpaz.com

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