ESCENARIO DE VIDA

Arqueología en la mira

Guatemala posee grandes tesoros, entre paisajes fenomenales como sitios arqueológicos, folclor, cultura milenaria y costumbres que aún se conservan de antaño. Es aún un país virgen para la exploración arqueológica y me maravillo cada vez que viene un simposio, pues los descubrimientos que se divulgan allí son cada vez más y más impresionantes.

Para muchas personas puede que no siempre sea de interés conocer lo que acontece con los descubrimientos
arqueológicos, quizás porque no ven la relación que tiene en sus vidas. Algunos pensarán que son sitios que solo se conservan para el turismo. No obstante, debemos saber que un arqueólogo busca también saber cómo estos vestigios se relacionan con nosotros y así comprender mejor nuestro presente.

Hay muchos expertos que silenciosamente ayudan a los arqueólogos, como geólogos, zoólogos o botánicos, que toman años para identificar y analizar lo que han encontrado. Esto nos hace reflexionar sobre cómo vivieron en el pasado, qué hicieron bien o mal y cómo aprender de sus errores para no cometerlos en el presente.

Por ejemplo, sabemos que la civilización Maya fue una majestuosa cultura que vivió por miles de años en armonía con la naturaleza. Sin embargo, sucumbió por el año 150 dC y sus ciudades del Clásico Temprano fueron evacuadas, quedando misteriosamente abandonadas por más de dos mil años. ¿Pero qué pasó?

El Dr. Arthur Demarest, quien ha venido trabajando en Cancuén y experto en colapsos, me relató en una oportunidad que el secreto de los Mayas era que tenían una excelente adaptación ecológica diseñada para sus ciudades: cien mil personas habitando sosteniblemente entre el progreso y la naturaleza. Les nació el ansia de más prestigio y poder y se lanzaron a la guerra, sobreexplotando sus recursos naturales. Según Demarest, la primera señal del colapso estuvo en los “excesos” y me pregunto si estamos siguiendo ese mismo curso.

No fue solamente un ciclo de calor. Según el Dr. Richard Hansen, los Mayas perdieron sus sistemas de riego y sus fuentes acuíferas por guerras entre ellos y por ambición al poder. Sobreutilizaron sus recursos naturales y hoy estamos repitiendo la historia. En la actualidad podemos utilizar la ciencia de los arqueólogos para comprobarlo. Ahora deforestamos y quemamos nuestros bosques indiscriminadamente para convertirlos en pastos de ganado y en monocultivos de palma africana, o tornamos nuestro ambiente en un desierto tropical, haciéndonos más vulnerables cada vez más ante los desastres naturales y el cambio climático.

Según el arqueólogo guatemalteco Dr. Tomás Barrientos, quien participó en el 30 Simposio de Arqueología, es primera vez que se toca el tema del compromiso social para ir saliendo de círculos académicos a la realidad del país. Ahora se combina el tema de arqueología en alianza con las comunidades, apoyando a los habitantes que viven cerca de los sitios.

Cada hallazgo nos da nuevas luces y, según Tomás, “la Corona” aportó nuevas evidencias con jeroglíficos que nos hablan del poderío del Reino Kan, rival de Tikal que abarcaba una extensión de Cancún hasta las Verapaces. Fue el poderío más extenso en los siglos VII y VIII antes del colapso.

Si logramos aprender del pasado para no repetir errores en el presente, mi conclusión final es que debemos evitar a toda costa la deforestación y los incendios forestales para no dañar los ecosistemas y los sitios arqueológicos, y podemos hacerlo si nos tomamos de la mano todos.

www.tropicalrainforest.org

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