CABLE A TIERRA

Censo de población: la calidad importa

Un censo de población es la acción estadística de mayor envergadura que lleva a cabo un Estado. Implica un enorme despliegue de esfuerzos y de recursos financieros y humanos, por lo que hacerlo bien es imperativo. Normalmente, los ciudadanos nos percatamos del censo si el censista llegó —o no llegó— a nuestra casa. La mayoría desconoce que la calidad de los resultados depende de que haya detrás todo un proceso sistemático de aseguramiento de calidad que tiene que comenzar desde la planificación, continuar durante el levantamiento de la información y prolongarse al llamado “período postcensal”, donde se verifica, evalúa, rectifica y certifica toda la información y los procesos implementados.

Solo así se puede garantizar que los resultados son válidos, confiables, oportunos y que fueron obtenidos a un precio justo para el país. Naciones Unidas señala 10 criterios con que un censo de calidad debería cumplir: Pertinencia, es decir, hasta que punto las estadísticas que se recogen responden a las necesidades de los usuarios y se evita recabar datos irrelevantes o mal conceptualizados. Exhaustividad: hasta qué punto las estadísticas abarcan plenamente el fenómeno que se quiere describir. Exactitud, que refiere sucintamente a determinar cuál es el grado de omisión censal y los márgenes de confianza estadística de la información recabada. Comparabilidad de los datos en el tiempo y en el espacio —entre territorios a lo interno de un país—. Coherencia de la información que se genera. Oportunidad, que refiere al tiempo que transcurre entre la entrega de los datos y el período al que hace referencia. Puntualidad: hasta qué punto se cumplió con plazos previamente anunciados. Claridad, que refiere a si los resultados son entendibles por usuarios no especializados; y disponibilidad de los metadatos, que refiere a que la información sobre las fuentes, métodos y procesos acerca de cómo se hizo el censo de población deben estar disponibles y accesibles.

"Un censo de calidad no es uno perfecto; errores y problemas siempre habrá. Lo importante es corregir a tiempo".-

Saco a colación este tema porque el censo de población de Guatemala se encuentra en su segunda semana de ejecución y poco conocemos acerca de cómo se está cuidando la calidad de los resultados y cómo se ha planificado la etapa postcensal. Tanto en redes sociales como por otras vías llega información, reclamos y quejas sobre situaciones que se viven durante la ejecución y desconocemos cómo están siendo enmendadas. No basta con poner un número de teléfono a disposición. Debemos saber qué se hace al respecto.

A éstas se suman cuestionamientos que ya venían de la fase previa vinculados con la cartografía y los resultados obtenidos del precenso que debieron ayudar a estimar, por ejemplo, el número adecuado de censistas y el nivel de preparación que necesitaban para hacer tan difícil tarea; igualmente, si las condiciones de su contratación incentivarán realmente el cumplimiento fidedigno de su labor.

Un censo de calidad no es un censo perfecto; errores y problemas siempre habrá. Lo importante es que la ciudadanía conozca que se cuenta para el adecuado control de calidad y que éste se aplique correctamente. Esperamos que el INE y el Unfpa informen pronto al respecto y den cuenta periódicamente sobre el avance a la fecha, los retos que ha enfrentado y los correctivos que se aplican sobre la marcha. Rendir cuentas activamente y en tiempo real es sumamente importante para la legitimidad y credibilidad del censo, especialmente porque no se cuenta con ningún ente independiente que esté monitoreando y certifique su calidad, y porque nuestra historia censal está plagada justamente de déficits de calidad que en este censo no deberían repetirse.

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