EDITORIAL

Decisiones cruciales

El diario Folha, de Sao Paulo. Brasil, anunció esta semana su decisión de dejar de publicar sus contenidos en Facebook, en lo que puede convertirse en el inicio de un desmoronamiento de una de las más populares redes sociales, por lo menos en el mundo occidental.

La medida no está exenta de polémicas y obedece a que Facebook decidió apartar de su recorrido principal a todos los medios productores de noticias y los relegó a un segundo botón, lo que ocasionó numerosas molestias e incomodidades a quienes usaban ese mecanismo para acceder a los medios periodísticos de su predilección, lo cual tuvo un gran impacto para proveedores y consumidores.

Guatemala y otros cinco países fueron los conejillos de indias para ese monstruo de la comunicación instantánea y su impacto tuvo alcances preocupantes para medios periodísticos y consumidores de información confiable, quienes vieron cierta limitación para acceder de manera directa a esta, lo cual no dejó de verse como una obstaculización a la difusión de noticias.

Sin embargo, las quejas y aún los marcados descensos en el acceso a esa red social no llegaron a tener el suficiente peso para que Facebook enmendara el procedimiento y más bien dio el siguiente paso al implementar esa medida a escala mundial, lo que ha levantado muchas protestas, no solo de los usuarios.

Solo en la primera semana del cambio Facebook perdió al menos dos mil 500 millones en la Bolsa de Valores, ante el temor de una potencial pérdida de seguidores o de quienes de manera gratuita proveen sus contenidos y hacen a esa red un medio capaz de llevar información a millones de lectores en cientos de países.

Eso conlleva a otra reflexión y es el potencial de limitar el acceso a la información que puedan tener estos monopolios globales, incapaces incluso de discernir sobre la propagación de noticias falsas, como ocurrió en las elecciones de Estados Unidos, mientras ahora se pretende marginar a medios de reconocida trayectoria, cuyas cifras de usuarios garantizan imparcialidad.

Facebook ha dado un paso crucial en la propia redefinición de su negocio y es probable que si muchos grandes periódicos siguen los pasos del diario brasileño puedan causarle mayores problemas, y darle la razón al magnate de las inversiones especulativas, George Soros, quien también acaba de vaticinar el fin de esa red social, junto a Google, porque su desproporcionado poder los convierte en una amenaza para la democracia, justo como ocurre ahora al relegar la difusión de información de consagrados medios periodísticos.

Uno de los puntos de mayor importancia es el argumento planteado por Folha de que Facebook con su nueva medida pone en riesgo el equilibrio del acceso a la información, al relegar a un segundo plano a los medios de comunicación. También es falso que privilegiar los círculos o grupos de amistad sea un buen paso, porque esa fue la modalidad utilizada para la propagación de noticias falsas en las elecciones de Estados Unidos en 2015.

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