EDITORIAL

Desgarrador futuro

Se estima que en el mundo podrían existir en la actualidad unos 2,400 millones de niños, y de acuerdo con la organización Save the Children, el futuro de la mitad de ellos está amenazado por guerras, pobreza y discriminación sexual, y como suele ocurrir, estas cifras podrían ser mucho más dramáticas para la niñez guatemalteca.

El informe Las múltiples caras de la exclusión clasifica a 175 países de acuerdo con tres amenazas: trabajo infantil, exclusión educativa y matrimonio infantil, en el cual se consideran los embarazos de un altísimo riesgo, otra lacerante realidad guatemalteca.

De los 175 países evaluados, los primeros 10 se ubican en África, y en el continente americano Guatemala ocupa la primera posición, 152, con el mayor riesgo de vulnerabilidad en los tres aspectos evaluados, mientras que Chile —58— vuelve a ser el país con menos riegos para la niñez latinoamericana.

Es contundente la enorme adversidad que deben enfrentar en sus primeros años de vida quienes nacen en países como el nuestro, pues en cada uno de los aspectos documentados se pueden encontrar demasiados ejemplos de las limitaciones que afronta la mayoría de los niños para encontrar una senda para su desarrollo, debido a que el Estado ha sido ineficiente en atender rubros como la educación o la salud.

El trabajo infantil, por citar el primer rubro, es una de las más vergonzosas realidades para cualquier sistema, y en nuestro caso basta hacer un rápido recorrido por los alrededores de cualquier centro urbano para ratificar esa vergonzosa condición, y aunque el mismo informe detalla que en la mayoría de países evaluados se invierten cantidades de dinero muy parecidas, los resultados difieren también en la medida en que prevalecen modelos consumidos por la corrupción en la administración pública.

En el caso de las niñas, la mayor amenaza se relaciona con los embarazos, cuyas estadísticas esbozan un panorama preocupante que no solo limita sus posibilidades de desarrollo, sino que representa un riesgo para su salud y para quien llegará a un escenario marcado por la adversidad, ante un sistema sanitario incapaz de brindar la debida atención. Latinoamérica se coloca como la segunda región en el mundo con la mayor tasa de embarazo infantil.

Estas cifras adquieren mayor dramatismo cuando los aspectos evaluados se orientan a las niñas indígenas, un sector tradicionalmente marginado y el menos atendido por el Estado, y en el cual el trabajo infantil, la exclusión educativa y los embarazos prematuros representan un enorme valladar para su desarrollo.

Cuando en el informe de Save the Children se califica a Guatemala como el país de peor desempeño es porque los indicadores nos colocan entre las 30 naciones con las peores notas, y esto lo respaldan indicadores como las altas tasas de desnutrición, donde la mitad de los niños menores de 5 años tienen retraso en el crecimiento, una tasa de mortalidad de 28.5 por cada mil nacimientos, la desnutrición alcanza un 46.5 por ciento o que uno de cada cuatro menores no asiste a la escuela.

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