TIERRA NUESTRA

El gobierno que Guatemala demanda

Manuel Villacorta manuelvillacorta@yahoo.com

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En un artículo anterior expuse que para las próximas elecciones, se perfilan cuatro vertientes principales. 1. La partidocracia corrupta. Esta vertiente incluye a la mayoría de partidos políticos existentes, que responden a los mismos intereses y que han existido fundamentalmente como producto del financiamiento ilícito y la cooptación del Estado. 2. El proyecto “Thelma Aldana”, en donde la exfiscal, trata de capitalizar el posicionamiento mediático que alcanzó producto de sus funciones al frente del Ministerio Público. Aglutina a personalidades de diversa extracción, básicamente identificados por su probada habilidad para adherirse a proyectos políticos de turno. 3. El Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), instancia que surge como extensión política de CODECA. Ha mantenido una posición vertical sin evidenciar mayor interés para promover alianzas. Su propuesta se basa en: Nacionalizar todos los bienes y servicios privatizados en el país. Impulsar una asamblea constituyente popular y plurinacional. Construir el estado plurinacional desde las autonomías indígenas. Recuperar las tierras, los territorios y agua para el cultivo y consumo nacional. 4. Un frente amplio en formación, que pretende aglutinar a diversas organizaciones sociales, particularmente vinculadas con los intereses campesinos, laborales, académicos y de pobladores. Este frente propone la reforma y modernización del Estado, la implementación de sustentadas políticas públicas, la consolidación del Estado de Derecho y la promoción de inversiones responsables (basadas en la justicia tributaria, el pago de salarios dignos y la renuncia al intento de cooptación del Estado).

Renunciado al verticalismo de enfoque, es importante anotar que al interior de estas vertientes (descartando eso sí, a la partidocracia corrupta) pueden darse acercamientos e incluso alianzas, en donde debe anotarse que la vigencia y solidez de las mismas, habrá de manifestarse más allá de la compleja asignación de posiciones electorales, debiendo prevalecer una visión integral del Estado proyectada a largo plazo, hecho que permitirá diferenciar categóricamente la estructura y la forma de actuar de un nuevo modelo político, totalmente ajeno a la ya degrada y desprestigiada partidocracia corrupta. La vertiente 4 es la que perfila las mejores condiciones para constituir ese eje político cohesionador, el cual para asegurarse el triunfo electoral, debe presentar imprescindiblemente un nuevo liderazgo político y un proyecto de Estado (Agenda de Gobierno), sustentado en una estrategia integral de largo plazo, la cual deberá ser presentada a la sociedad guatemalteca, a través de todos los recursos válidos y legales posibles para su conocimiento y aprobación.

La vertiente 4 debe plantear con precisión que su gestión implica la instauración de un gobierno de transición, porque paralelamente a ejercer sus funciones, debe fijar las bases de la reforma y modernización del Estado, considerando que todos los gobiernos de la llamada transición política (1986 a la fecha) se han basado en la corrupción, la ineptitud, la improvisación y una total incoherencia operativa. Además de considerarse como un gobierno de transición, tipifica también el carácter de gobierno de salvación nacional, dado que no existe ya otra vía para rescatar al país de la debacle en la cual ya estamos sumidos. Unidad social y política, un nuevo liderazgo, un verdadero plan de gobierno y la participación responsable del poder ciudadano, articulan la única forma que nos resta para potenciar la nueva Guatemala que todos anhelamos.

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