TIERRA NUESTRA

El Triángulo Norte que no le cuadra a EE. UU.

Manuel Villacorta manuelvillacorta@yahoo.com

|

Lejos de los intentos operados desde 1960, la región centroamericana está más dividida que nunca. Costa Rica, con una visión política irrebatible, prefirió mantenerse distante de la mayoría de propuestas conjuntas. Y Nicaragua ha tomado una ruta que le conecta más con los gobiernos de izquierda de América del Sur y promueve una apertura cada vez más sólida con Rusia, China y Medio Oriente. Desmarcarse de la zona de influencia de Estados Unidos  es su objetivo inmediato. Por inferencia queda el denominado Triángulo Norte integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras. Guatemala no puede aislarse de nuestros dos vecinos citados, estamos obligados a considerar el desarrollo integral en forma simultánea. De no ser así, jamás podremos dar un salto cualitativo que nos permita superar nuestros  graves problemas socioeconómicos.

Estos son los principales elementos que han causado la crisis en la región: la guerra, la estratificación social, la exclusión/marginación social, productividad sin equidad, la corrupción, el cambio climático, las enfermedades y epidemias, la discriminación de género y la incapacidad gubernativa para implementar políticas públicas exitosas. Y estos son los efectos directos de la crisis: los pobres no tienen acceso suficiente a la alimentación, la vivienda y los servicios. Los pobres siempre están marginados del circuito económico y del sistema político de su país. Los conceptos comunes utilizados para describir la pobreza son: según el Banco Mundial, padecen pobreza extrema las personas que viven con menos de un dólar al día. Pobreza moderada la padecen personas que viven con menos de dos dólares al día. Para los centros de investigación no conservadores, la pobreza extrema afecta a personas que utilizan todo su ingreso para comida y aun así no logran alimentarse. Pobreza no extrema es la que afecta a personas que utilizan todo su ingreso únicamente para alimentación.

¿Cómo puede reducirse la pobreza en el Triángulo Norte? Con políticas públicas de largo plazo y con programas sociales cuyos principales rasgos deben ser productividad y temporalidad. En particular, ambos —políticas públicas y programas sociales— deben operar simultáneamente. En esta región nunca se han implementado políticas públicas para la reducción de la pobreza y los programas sociales están condenados a fracasar porque: 1. No forman parte de una estrategia general de política pública y desarrollo económico para reducir estructuralmente la pobreza; 2. Fueron implementados con objetivos político-clientelares; 3. No poseen continuidad: son modificados o cancelados a partir de los gobiernos de turno; 4. No se asignan suficientes recursos en los presupuestos de los Estados para darles sustentabilidad; 5. No existen métodos eficientes para medir los resultados obtenidos, lo que les resta continuidad operativa; 6. No existe una fiscalización precisa en el manejo de esos fondos, lo que ha dado paso a múltiples denuncias de corrupción. De 35 millones de habitantes en la región, 70% siguen viviendo en pobreza.

Expresémoslo claro y directo: 1. Las organizaciones regionales (Sica, Sieca, BCIE, y Parlacén, entre otros) muy poco han logrado en materia de desarrollo económico y fortalecimiento institucional en la región, los modelos económicos han estado basados en una desproporcionada desigualdad en la distribución de la riqueza; 2. Las partidocracias corruptas destruyeron la política y las instituciones; 3. Estados Unidos no logra interpretar holísticamente la realidad de la región, su agenda propia y restringida renuncia una y otra vez a interpretar la realidad.

manuelvillacorta@yahoo.com

ESCRITO POR: