EDITORIAL

Empecinamiento de la vieja política

Sandra Torres no parece haber asimilado todavía el tremendo bofetón electoral del 2015, y junto a sus asesores se obstina en continuar al frente de un proyecto cuya debacle se debe a ella, porque es la responsable de que muchos ciudadanos tuvieran contra quién votar en las elecciones presidenciales pasadas.

Ahora, en una nueva muestra de estulticia, aventura una propuesta descabellada para que sus adláteres en el Congreso impulsen una iniciativa para prohibir la participación de quienes hayan ocupado cargos en el sector justicia, lo cual se convertiría en un monumento a la estupidez legislativa, de continuar con un proyecto cuyo evidente fin es bloquear una eventual participación de la ex fiscal general Thelma Aldana.

La propuesta no solo es festinada, sino que vuelve a desnudar la perversión de quien se obstina en seguir al frente de un proyecto cuya debacle definitiva la dejará como única responsable. Propuestas como la que ahora pretende impulsar y que encima ha convertido en el tuit fijado de su cuenta en esa red social la pintan como una persona inescrupulosa, con el único objetivo de figurar en un proyecto en el que ella no tiene la más mínima posibilidad de salir victoriosa.

Su propuesta no solo es una nueva afrenta a preceptos constitucionales, sino que iría dirigida a una sola persona o a un sector muy reducido, sin siquiera reparar en que sus argumentos, de aplicarse semejante muestra de tozudez, deberían también imposibilitar la participación de centenares de políticos que estarían incluidos dentro de un marco regulatorio de naturaleza inviable.

Ni siquiera ha sido capaz, quien fue el poder tras el trono durante el corrupto gobierno de quien fuera su esposo, de ver que su impopularidad supera cualquier viabilidad politiquera, porque sus actos fueron tan bochornosos durante esa administración que los guatemaltecos todavía no olvidan la suprema porfía de pretender presentar su divorcio como un argumento para “casarse con el pueblo”, cayendo en la más vil muestra de populismo y de irrespeto a las leyes.

De lo que también deberían darse cuenta quienes a su vez son incapaces de detener el derroche de necedad de quien por ahora es la propietaria de la UNE es que con esos planteamientos se acerca más al lado oscuro de quienes hacen enormes esfuerzos por la causa perdida de detener la lucha contra la corrupción, pues su ataque está dirigido de manera frontal contra uno de los personajes que encabezó esos esfuerzos y que por no haberle temblado la mano hoy enfrentan a la justicia políticos del más alto perfil, entre ellos quien cogobernó con ella.

Otra penosa evidencia del descalabro moral de esa agrupación es que a la propuesta de Torres se sumó uno de los diputados más cuestionados de la actual legislatura, Orlando Blanco, quien como jefe de bancada de la UNE dijo que discutirá una iniciativa que imposibilite a jueces y fiscales participar en política en los cuatro años siguientes al salir del cargo, como si diputados, ministros, alcaldes y otros funcionarios, mientras están en sus cargos, no se la pasaran impulsando proyectos para elevar su perfil, utilizándolos como trampolín, precisamente en su afán por continuar medrando del erario a través de procesos electoreros.

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