REGISTRO AKÁSICO

Idioma en la misa

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Los obispos deben rendir cuentas. No se trata de ningún emplazamiento, falta de respeto o arrogancia de los laicos u otros críticos. Debe cumplirse el motu proprio Magnum principium. Recientemente comunicado por el papa Francisco.

Hasta la saciedad se ha repetido que nuestro país es plurilingüe. No se trata de ninguna aspiración ni posición de principios, es una realidad. Basta escuchar sin proponérselo, las conversaciones por medio de los teléfonos portátiles, para darse cuenta que muchas de ellas, se realizan en los idiomas nacionales. Cualquiera que asista a un mercado municipal, constata que muchos puestos se administran en idiomas diferentes al castellano. ¿Cuántas misas se ofrecen en los idiomas nacionales? No se trata de misas de movimientos religiosos o grupos piadosos, reunidos en lo privado, para celebraciones, talleres, seminarios etc. Es un asunto eclesiástico legal, debe resolverse: ¿Cuál es la organización parroquial que responde a una regionalización de idiomas?

El motu proprio de Francisco modifica el canon 838 del Código de Derecho Canónico y obliga a las “Conferencias Episcopales preparar fielmente las versiones de los libros litúrgicos y de las lenguas corrientes, adaptados convenientemente dentro de los límites definidos, aprobar y publicar los libros litúrgicos para las regiones de su competencia…”

Se ordena a los obispos diocesanos a proceder en ese sentido. Con afecto se ha escuchado las peroratas de los obispos en materias políticas. Tienen derecho a manifestarse, es un deber de conciencia. Los seguidores católicos sabrán escucharlos críticamente; pues desde el Concilio Vaticano II, se indica que existe autonomía en los asuntos laicos. La voz de los obispos para los católicos, manifiesta la expresión de la conciencia compasiva y amorosa. Para los no católicos, es una llamada de atención de los líderes religiosos de una gran parte de la población. Ayuda a la gobernabilidad y apoya las luchas sociales para dar seguridad sobre aspectos éticos.

Ahora es tiempo de dar el ejemplo. La negativa y sabotaje a incorporar los idiomas nacionales en la administración pública es proverbial. Los vericuetos, marchas atrás, negativa a contratar empleados públicos bilingües en la educación, justicia y servicios, demuestran la pervivencia de un Estado etnocrático. El impedimento a la educación bilingüe y bicultural es de antología. ¡Ya estuvo suave!

La catedral debe anunciar cuando se ofrecen misas, en los distintos idiomas que existen en el país. Por algo es Metropolitana. No faltará la queja del ladino donde alegue falta de entendimiento y se pronuncie a favor de la lengua oficial obligatoria. Sin embargo, se debe reconocer que la misa en latín, se puede ofrecer sin que exista un conocimiento adecuado de la lengua madre. Además, en la actualidad suele repartirse el misal en hojas sueltas que perfectamente pueden llevar la traducción al castellano para aquellos que ignoran otros idiomas. Todos aprenderán.

En todas las regiones que defina la Conferencia Episcopal, deberá indicarse los horarios de misas en la lengua oficial y los idiomas regionales pertinentes. Se trata de coherencia con lo tantas veces afirmado y una iniciativa que arrastrará al Estado a conformarse sobre la base de la realidad y no en la herencia histórica de dominio ladino.

Los criollos solían poner las cédulas enviadas por la monarquía sobre su cabeza para declarar que “se acata pero no se cumple”. En este caso se trata de una instrucción papal para una Iglesia encarnada en su pueblo. ¿En qué idioma celebró la misa, este domingo?

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ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.