EDITORIAL

La Aurora muestra un abuso continuado

El gobierno de Jimmy Morales debe empezar a abstenerse de tomar medidas que trasciendan su mandato o pongan en riesgo bienes nacionales de enorme importancia, sobre todo porque el pasado reciente ha demostrado con creces que el abuso de poder ha desembocado en la pérdida de valiosos recursos cuando las decisiones son tomadas con el claro propósito de beneficiar a sectores cercanos a funcionarios.

El Aeropuerto Internacional La Aurora ha pasado a ocupar la atención de importantes sectores nacionales, por las deplorables condiciones a las cuales lo llevaron los últimos responsables y porque ahora también se habla de una posible privatización. Esto explicaría la reciente mascarada protagonizada por el mandatario, que junto a quien en ese momento era el máximo responsable de la administración de esa terminal montó un espectáculo para autocertificarse, movida que ahora está al descubierto.

El pasado noviembre se extendió una alfombra roja en las instalaciones aeroportuarias para anunciar el supuesto cumplimiento de requerimientos por la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci). Fueron invitados funcionarios, diputados y particulares, todo lo cual, de hecho, se tradujo en una nueva burla, porque hoy Guatemala está a las puertas de perder la calificación de aeropuerto de primera categoría.

Esta mofa y otras muestras de incapacidad hacen recomendable que este gobierno se abstenga de emprender cualquier proceso de privatización, mucho menos que lo haga con un bien de tanta trascendencia, como lo es el principal puerto aéreo de embarque y desembarque de nacionales y extranjeros. Esto porque muchas de las últimas acciones, como nombramientos de funcionarios y adquisiciones, evidencian un deseo cuyo único objetivo es el de comprar voluntades.

Esta situación explicaría el abandono en el que mantuvo esa terminal el anterior director de Aeronáutica Civil, Carlos Velásquez Monge, quien dio muestra de incapacidad, pero como premio el presidente Morales lo nombró posteriormente ministro de Desarrollo Social. Es posible que los descuidos en las instalaciones aeroportuarias obedezcan a un objetivo perverso.

El descuido generalizado del aeropuerto más importante de Guatemala es una clara evidencia de la precariedad con la cual se ha conducido este gobierno. Ahora corresponde a las nuevas autoridades hacer esfuerzos extraordinarios para no perder esa categoría, lo cual sería un golpe demoledor para la ya maltrecha economía y para cualquier intento de pretender transar su administración.

El aeropuerto La Aurora desde hace tiempo ha sido objeto de señalamientos de agentes de viajes, líneas aéreas, hoteleros, usuarios y quienes tienen alguna relación con su funcionamiento, pero ese clamor ha caído en oídos sordos. Lo ocurrido el fin de semana anterior es la ratificación de un prolongado descuido y mal uso de los recursos, porque esa terminal reúne las condiciones para autofinanciar sus operaciones.

El precario cuadro del aeropuerto La Aurora ratifica el abuso que sobre importantes recursos nacionales se ha cometido durante los dos últimos gobiernos.

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