CABLE A TIERRA

La expectativa con el Censo

No es suficiente tener una cifra actualizada del tamaño de población. Soy de las que pienso, exijo y espero que el Censo de Población que se avecina provea datos confiables y reales de lo que verdaderamente está ocurriendo con la dinámica demográfica en Guatemala.

La otra semana arranca el Censo y una parte de la fidelidad que tenga la cargan en hombros las entidades que asumieron la responsabilidad de llevarlo a cabo, por las debilidades técnicas señaladas desde distintas fuentes y que no hayan sido superadas antes de ir al campo. La otra parte de la confiabilidad radicará en la ciudadanía misma. Mientras menos dispuestos estemos a dar la información solicitada por los encuestadores debidamente identificados, más errores contendrá el resultado final. De allí que las campañas y actitudes orientadas a desanimar la participación ciudadana están totalmente fuera de lugar. Más bien debemos hacer al revés: estar todos vigilantes de que los encuestadores realmente vayan casa por casa, paraje por paraje, aldea por aldea, barrio por barrio y edificio por edificio requiriendo la información de la población. Y que los supervisores verifiquen que no solo se cumplan las cuotas de producción, sino no consientan ni participen en el chanfleo y el “cuadre” de boletas.

El tercer pilar de la fidelidad del Censo, son los propios censistas y supervisores. Por eso, a ustedes, censistas, les pedimos: ¡No se puede quedar mucha gente sin ser censada! Deben vencer la reticencia y la desconfianza de la gente; el cansancio propio y la pereza de ir hasta lugares inimaginables; no usen atajos para “censar en una entrevista a toda la comunidad o al condominio” y luego multiplicar la cifra, o peor aún, por favor, ¡no se inventen los datos! Su labor es tan pero tan importante que deben hacerla lo mejor posible.

Sabemos que corren riesgos y se los agradecemos anticipadamente: Hay áreas enteras tomadas por las maras, los extorsionistas, o el narco; hay que saber cómo entrar y moverse en esos lugares. En el otro extremo, en los condominios y con los edificios de apartamentos donde vive la clase media y alta, donde no dejan entrar a nadie a menos que haya autorización de un condómino. Espero que se hayan gestionado con antelación permisos con las juntas directivas para entrar e ir de puerta en puerta.

¡Por favor, no se olviden de la gente que vive en la calle! Y ¡Ojo también con la autoidentificación étnica! Facilitar que se lleve a cabo en libertad y sin estigma, es una parte clave del proceso censal.

En el área rural hay dinámicas de fraccionamiento de aldeas y comunidades que dan lugar a nuevos sectores habitacionales que la gente reconoce como una “nueva comunidad” pero no necesariamente está registrada por el INE, menos en una cartografía no totalmente actualizada. Capturar esa realidad es imperativo, pues no se trata de retratar el ordenamiento pasado.

Procesos clave como el situado constitucional y hasta la propia Conred dependen de ello. Está visto que ni las municipalidades tienen, en su mayoría, una base de datos de los lugares poblados que existen en su área de influencia. O que solo reconocen como tales a las que les apoyan políticamente. Lo cierto es que hay gente que vive olvidada en el fondo de los abismos, en las cimas de las montañas, lejos de los caminos y las fuentes de agua. Asentada en lugares recónditos e impensables para muchos. ¿Si los censistas no llegan a esos lugares, cómo llegarán luego los servicios públicos? ¡Hay que hacer que ellos cuenten también!

¡Esperamos mucho de ustedes, así que mucho ánimo y compromiso! Todo el agradecimiento y apoyo va para ustedes por el arduo pero vital trabajo que les espera.

karin.slowing@gmail.com

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