SI ME PERMITE

La música es parte integral de nuestro universo

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Considerando que el 22 de noviembre se reconoce como el Día Mundial de la Música, es bueno reflexionar sobre el valor de la misma y también aceptar que cuando hablamos de la música estamos hablando de una gran diversidad y para diferentes ocasiones.

Por lo mismo, debemos entender que no a todos nos gusta el mismo tipo de música, pero de todos modos es música. En primera instancia cuando escuchamos música podemos entender que evento hay aunque no estemos presentes allí. La música es un lenguaje que nos ayuda a comunicarnos y también para entender en qué estado otros están viviendo, nos permite interpretar lo que está sucediendo con las personas a nuestro alrededor.

Hay una realidad innegable y es que cuando más temprano en la vida se le educa a uno en la música, mejor provecho puede tener en el resto de sus actividades, además de que en los momentos en que uno está solo, fácilmente se puede hacer acompañar con la música de su preferencia lo que ayuda a eliminar el sentimiento de soledad que se pueda estar sintiendo.

Es común en muchos grupos que cuando se reúnen, tienen una similitud de preferencia por un estilo de música y esta llega a ser en la mayoría de los casos el punto de atracción para que el grupo de personas se integre y además para que se conserve la amistad por años. Agregado a esto, la música puede definir la época que el grupo representa porque cada música ha pertenecido a un tiempo y a una época particular. Por ello, algunos géneros llegan a ser clásicos porque traspasan la época y quedan para el deleite de personas de todas las edades.

Si uno pudiera abstraerse por un momento y pudiera imaginarse como sería nuestro mundo sin la música, prácticamente sería un imposible. Porque no solo los instrumentos musicales son elementos que generan música, sino muchos elementos de la naturaleza tienen algún modo de música y con ella se les representa, como por ejemplo el viento, cuando se le quiere representar con un sonido se genera prácticamente una música, al igual que el sonido de las ondas del mar y otras tantas expresiones que nos identifican con la belleza de la naturaleza.

Entendiendo lo innegable de la realidad de la música, deberíamos ser mucho más cuidadosos cuando escogemos un género musical, que esta sea para mejorar nuestro estado y no simplemente para ocultarnos detrás de ella. En esta materia es bueno dejarnos guiar e instruir por aquellos que saben más en esta materia para que podamos crear un entorno más agradable para poder convivir.

El mejor ejemplo de lo mismo es cuando tenemos alguna oportunidad de ir a comer o reunirnos en un restaurante, en esos lugares normalmente no se tiene un silencio sepulcral, en la gran mayoría hay alguna música ambiental para que el tiempo que estemos allí sea más agradable.

En toda celebración en nuestros días cuando se está planificando no falta el elemento de la música y de la persona que se hace cargo del tipo de música estará amenizando el evento. Sin lugar a duda el ser humano vive y se desarrolla acompañado con música, y cuando está solo, los recuerdos serán el tema para tararearlos y silbarlos suavemente para que se sienta acompañado y reviva esa buena época.

Que los gustos nuestros de la música sean la carta de presentación para ampliar el grupo de nuestros amigos y los seres queridos que hacen agradable el tiempo que compartimos.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.

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