DESDE GINEBRA

Los desafíos del Comercio Multilateral

Eduardo Sperisen

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El Sistema Multilateral de Comercio enfrenta este año importantes desafíos, lo que fue evidente en la Onceava Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), efectuada en Buenos Aires, Argentina, en diciembre.

Entre los indicios que más resaltaron estuvieron la dificultad de alcanzar acuerdos básicos, como lo es la Declaración Ministerial y de lograr consenso en temas de mucho interés, como es la prohibición de determinadas formas de subvenciones a la pesca, que contribuyen al exceso de capacidad y la sobrepesca, así como una prohibición provisional para no continuar con subvenciones que contribuyan a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.

Este año también se continuará examinando el tema del Comercio Electrónico, siendo este un tema que se convierte rápidamente en uno de los motores del crecimiento económico, tanto a nivel nacional como a nivel mundial, donde todos los países miembros se beneficiarán del desarrollo en esta materia, con reglas claras y permanentes.

Otras áreas en las que se espera poder avanzar prontamente son, entre otras, la integración de las Mipymes en el comercio mundial, la facilitación de las inversiones de manera multilateral, así como el subtema de la reglamentación nacional en los servicios.

Los miembros de la OMC tendrán que iniciar las deliberaciones cuanto antes, si se quiere lograr que los mercados sean más eficientes y las reglas multilaterales garanticen un mejor funcionamiento para todos y ayuden a encontrar formas, que permitan prosperar a todos los miembros, especialmente, a los países en desarrollo pequeños y vulnerables.

Hay muchas razones por la que la OMC ha progresado de forma limitada en las negociaciones durante el tiempo de su existencia, sea por la naturaleza de los acuerdos originales, la tradicional división entre el Norte y el Sur, o del desafío de los países en desarrollo, que ejercen presión sobre los subsidios, la agricultura y la seguridad alimentaria.

Entre los antecedentes recientes se puede mencionar que en el verano del 2014 se creó un estado de incertidumbre en la organización, que dejó temporalmente suspendidas las negociaciones, cuando un miembro en desarrollo asumió una posición radical, paralizando un acuerdo para lograr un arreglo en un tema de su interés, percibiéndose el impacto hasta el día de hoy. Con estos antecedentes, varios expertos comentan que la OMC está ante un nuevo desafío de encaminarse hacia negociaciones plurilaterales.

A otros miembros les preocupa que la OMC pierda su enfoque esencial de la negociación y la administración de los acuerdos y se convierta en una organización centrada en disputas comerciales, tema que, aunque ha sido un pilar fundamental para la organización, debe mantener el balance en todas sus actividades principales: la negociación multilateral de las reglas del comercio, la administración de los acuerdos y la solución de diferencias.

El mecanismo de solución de diferencias ha funcionado desde el inicio de la OMC y ha cumplido bien su propósito; entre otros, ha logrado nivelar el campo de juego, permitiendo a países pequeños en desarrollo participar activamente en el proceso de solución.

La OMC juega un papel central en el sistema multilateral de comercio abierto y basado en normas, con la premisa de que el comercio contribuye a crear riqueza y empleos. Por ello los miembros deben hacer una contribución constructiva y adecuada, que refleje plenamente sus capacidades, quienes además deben resistir cualquier intento de socavar o debilitar el sistema multilateral, incluido el mecanismo de solución de controversias.

esperisen@gmail.com

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