SI ME PERMITE

Más vale aprender de otros que solo admirarlos

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“Los hombres sabios aprenden mucho de sus enemigos”. Aristóteles

Es frecuente en nuestro medio encontrar comportamientos de posturas extremas cuando hay alguien que ha avanzado y logrado lo propuesto.

Unas personas fácilmente encuentran razón para desacreditar porque no están de acuerdo con ellos o bien porque no simpatizan. Pero por otra parte están aquellos que quedan tan maravillados de lo que estos logran que casi se paralizan en un estado de admiración, en lugar de aprender de ellos y de ese modo sacar provecho.

Claro está que uno puede aprender de los que le rodean y sacar provecho para integrarlo en la vida personal, pero siempre se requiere que uno pueda analizar, interpretar y juzgar cuánto de ello es para asimilarse o simplemente guardar la información porque no es aplicable para lo que uno quiere alcanzar en su vida, por los planes que se ha trazado.

Toda admiración tiene que ser resultado de una evaluación y observación para poder entender que esto no nos tiene que cegar, sino educar, para que se pueda sacar provecho, considerando que somos seres que aprendemos de otros y de lo que nos rodea.

Los logros de otros deben desafiarnos y hacernos entender la realidad, pues si otros lo pueden hacer y alcanzar, esto puede servir para que sea un llamado de atención para ser evaluado y se puedan convertir en retos a los cuales uno tiene que encausarse para poder lograrlo y así salir de donde está. Este será el medio por el cual podamos superarnos y entrar en los procesos de cambios que tanto nos hacen falta.

Muchas veces buscamos el aprendizaje estudiando o bien en un modo muy personal, pero tenemos que ser sabios y dejar que nuestro medio nos enseñe tantas cosas que en la instrucción formal no hemos tenido la oportunidad de lograr, y hasta que no lo veamos en la vida de otros no lo podemos percibir.

Es muy diferente cuando observamos el proceso mucho más que el logro, este nos instruye para emprender una nueva etapa que habrá de ser una etapa de nuestra vida.

En una perspectiva de conductas sabias, no simplemente copiemos lo que vemos en otros porque nos agrada lo que han logrado, el fin debe ser mejorarlo y aun ampliarlo, para que no sea una simple repetición, sino una clara innovación que pueda llevar nuestra identidad, para que cuando otros lo vean nos den el crédito y no tengan que decir que solo lo hemos copiado.

Cada generación que avanza está expuesta a cambios e innovaciones que posiblemente en el pasado nunca imaginaron. Pero cada logro alcanzado es válido, porque está llenando una necesidad.

Aquellos que detectan las necesidades que nos rodean son los que tienen la oportunidad de llegar a ser los artífices para que los que nos siguen puedan admirarnos, pero más importante aún es saber motivarse para que puedan aprender que si otros lo pudieron alcanzar, vale la pena esforzarse para aprender algoen la vida.

En la sociedad tan dependiente en la que vivimos tenemos el reto de hacer la diferencia, y antes que depender, aprender a cambiar y aportar porque nosotros también, viendo a los que nos habían antecedido, nos determinamos a hacer nuestra parte e invitar a los nuestros para seguir el mismo camino.

El planteamiento expuesto hoy es para iniciarlo con toda determinación y sin esperar que otros nos motiven, sino que la necesidad existente sea el motivador determinante para ponernos en plena acción.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.