EDITORIAL

No solo los tránsfugas están en movimiento

Un año puede ser un tiempo relativamente largo, aunque dependiendo de ciertas circunstancias también podría encogerse mucho para quienes tienen los días contados en su paso por el Gobierno, o cambiar leyes, si la comezón por los cargos públicos los acecha.

Guatemala está a aproximadamente un año de nuevos comicios generales para elegir presidente, alcaldes y quizá el momento sea también muy oportuno para renovar a la mayor cantidad posible de diputados, quienes hacen esfuerzos por entrar en esa contienda, la cual de momento tiene a por lo menos unos 90 de ellos fuera del ring político.

La Ley Electoral y de Partidos Políticos, cuyas modificaciones se hicieron en el 2016, estipula que ningún partido puede recibir a diputados tránsfugas para aspirar a la reelección. Por ello, una cantidad significativa de quienes se han burlado de los votantes hacen enormes esfuerzos por violentar el candado que les tiene vedado el paso, como si tal modificación fuera sinónimo de éxito. Los votos también podrían frustrar sus ambiciones.

También en los próximos días se verá una desbandada en el gobierno de Jimmy Morales, por aquellos funcionarios que han estado a la espera del momento oportuno para abandonar el barco, porque en estricto sentido aquí no se puede hablar de lealtades, pues todo apunta a que ha llegado la hora de buscar nuevas posibilidades políticas.

Por ley, cualquier funcionario que aspire a un cargo de elección popular y que desempeñe algún cargo público debe renunciar seis meses antes de que las autoridades electorales hagan la convocatoria. Esto podría suceder en la tercera semana de enero, con lo que a los potenciales aspirantes les queda el tiempo justo para desligarse de esta administración, presentar su renuncia y empezar la búsqueda de un nuevo destino con alguna de las veintitantas organizaciones políticas.

La politiquería ya está en marcha y en algunas agrupaciones también se está a la espera de aquellos funcionarios que abandonarán el frustrado experimento de FCN-Nación, en los próximos días, al haber financistas prestos a empezar a aceitar la maquinaria del siguiente proceso electoral, con el único objetivo de contar con candidatos idóneos en los que se pueda confiar e “invertir” lo necesario para mantener maniatado e inoperante al sistema.

Muchas de las caras más representativas del transfuguismo comen ansias para que desde hoy empiecen los esfuerzos por desembarazarse de cualquier limitación y legislar, una vez más, en beneficio propio, a favor de la rufianería y de quienes necesiten comparsas para frenar cualquier esfuerzo contra la corrupción, como si la manipulación de las leyes pudiera traducirse en una garantía de éxito. Los jugosos negocios que facilitan las curules son motivación suficiente para maniobrar en favor de la impunidad.

Queda todavía la esperanza de que, tal y como sucedió en México el pasado domingo, la ciudadanía asuma una actitud digna y con su voto le propine un duro revés a una clase política corrupta, inmoral e incapaz de percibir el sentimiento generalizado de repudio a la politiquería.

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