PLUMA INVITADA

Qué pasó con la tecnología Lidar

Pluma invitada

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Uno de los documentales que llamó la atención de muchos guatemaltecos fue el producido por la National Geographic en el  que nos mostraron  cómo la Tecnología Lidar está ayudando a los arqueólogos a entender de mejor manera los asentamientos localizados en el interior de  la Reserva de la Biosfera Maya. El documental causó muchos comentarios positivos y otros negativos sobre su uso. Algo común  cuando  se está experimentando un cambio paradigmático en todas las disciplinas. En el caso de la arqueología maya han existido varios de estos cambios   a lo largo de su historia, y el más resiente es  la “decodificación” de la escritura maya  entre   1980 y  1990. En esas década  el debate sobre la importancia de la epigrafía  maya fue una batalla campal con especialistas a favor y otros en contra. Sin embargo,  a casi 30 años de este episodio todos los arqueólogos   podemos confirmar que el hecho de poder leer las inscripciones dejadas por los antiguos mayas fue uno de los grandes momentos de nuestra disciplina.

En el caso del Lidar, que está “revolucionando” la Arqueología, no solo en el área maya, sino también en México, Camboya y muchos lugares del mundo, creo que es muy temprano poder juzgar con certeza el impacto de esta tecnología en nuestra disciplina, ya que hasta la fecha solo estamos viendo la punta del iceberg. Sin embargo, es importante resaltar que para los arqueólogos que han podido tener acceso a ella se han podido ver cambios importantes.

Por ejemplo, en mayo y junio pasados me uní nuevamente al Proyecto Arqueológico El Zotz, dirigido por los arqueólogos Thomas Garrison y Yeny Gutiérrez. Este sito está ubicado en el Biotopo San Miguel La Palotada El Zotz, Petén. Este fue parte de la denominada Iniciativa Lidar de Pacunam, que logró escanear al menos 2,100 km2 de la Reserva de la Biosfera Maya.

Uno de los beneficios que ha traído esta tecnología al proyecto es, por ejemplo, que logramos tener mapas más completos de los sitios y de forma más rápida. El sitio El Palmar, luego del uso del Lidar, aumentó en un 40% en área algo que nos hubiese tomado más de 10 años consecutivos de investigación, y aun así no hubiéramos sido capaces de ver algunos rasgos arquitectónicos tan sutiles que son simplemente invisibles en muchos de los asentamientos prehispánicos.

Otro de los beneficios fue el que permitió que nuestras excavaciones fueran más precisas y eficientes. Por ejemplo, el proyecto tenía interés en probar si algunas terrazas que se aprecian en los mapas creados por el Lidar eran de tipo defensivo o agrícolas. Por medio de la utilización de un GPS de alta tecnología, que tiene capacidad de leer los mapas producidos por el Lidar, nos dirigimos exactamente a las áreas que el mapa nos indicaba que existía un sistema de plataformas y en este lugar decidimos colocar las excavaciones. Y también, para nuestro agrado, luego de quitar la primeras capas de tierra, depósitos naturales acumuladas por el tiempo, iniciamos a observar la presencia de pisos estucados y también unos depósitos de pequeñas piedras hechas de pedernal que al parecer pudieron ser usadas como proyectiles de ondas.

Por lo tanto, se logró corroborar en primer lugar la existencia de las terrazas y, lo más importante, determinar que eran de tipo defensivo. Usamos el mismo método para determinar la forma de un pozo defensivo en el sitio de La Cuernavilla, que es un fuerte descubierto usando esta tecnología.

La utilización de Lidar cambia la Arqueología y será una herramienta que nos hará más eficientes, nos ahorrará tiempo y recursos. Pero no será hasta dentro de unas décadas, cuando más arqueólogos tengamos acceso a esta tecnología que miremos hacia el pasado y describiremos con mayor exactitud cómo el Lidar cambió nuestra disciplina.

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