BIEN PÚBLICO

¿Qué pasó en el “Hogar Seguro”?

Jonathan Menkos Zeissigjmenkos@gmail.com

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La semana pasada, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) en Guatemala hizo público su informe Las víctimas del Hogar Seguro Virgen de la Asunción. Un camino hacia la dignidad, en el que hacen un recuento de los trágicos hechos que terminaron costando la vida de 41 niñas, el 8 de marzo de 2017, y proponen algunas medidas para que estos no vuelvan a repetirse.

El informe, por medio de documentos y diversas entrevistas con testigos, logra reconstruir los hechos, desde la crisis del día 7 de marzo, cuando las niñas denunciaron nuevamente ser víctimas de maltratos y deplorables condiciones de atención, pasando por la decisión de las autoridades de trasladar, en la madrugada del 8 de marzo, a 56 niñas para encerrarlas, bajo candado y custodiadas por agentes de la Policía Nacional Civil, en un aula en la que posteriormente se inició el incendio. Una de las sobrevivientes recuerda que “pedíamos auxilio, pero no nos hicieron caso”. Según testimonios, los Bomberos Voluntarios tuvieron que esperar 40 minutos para poder entrar a las instalaciones, ya que cuando llegaron se les negó el permiso de entrada.

Al momento del incendio las instituciones estatales y las autoridades a cargo del Hogar Seguro Virgen de la Asunción (HSVA) no tenían información sobre el número exacto de niñas, niños y adolescentes que estaban en el lugar y, muy probablemente, tampoco llevaban control sobre los motivos de su llegada a este centro. No es de extrañar, otro informe de la Oacnudh revela que entre septiembre y noviembre de 2016, 55 niñas, niños y adolescentes “desaparecieron” de las instalaciones de esta institución. El Juzgado de Primera Instancia de la Niñez y Adolescencia del Área Metropolitana había recibido denuncias relacionadas con el HSVA sobre hacinamiento y malas condiciones de vida, falta de recursos y atención especializada para las niñas, niños y adolescentes, así como por trata de personas y explotación sexual. Seis de las víctimas del incendio eran parte de los denunciantes de estos atropellos.

Otro elemento importante para el análisis es la bruta institucionalización de los niños, niñas y adolescentes y la torpemente homogénea capacidad de respuesta, sin políticas públicas que enfrenten adecuadamente las causas de su vulnerabilidad ni mucho menos que intenten protegerlos desde el seno de sus hogares, sus familias y sus comunidades. Según el informe de la Oacnudh, en el HSVA convivían niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza; con adicciones; niñas embarazadas; víctimas de abandono; víctimas de abuso físico y sexual y personas con discapacidad, incluyendo 50 adultos. Asimismo, los familiares afirmaron sentirse impotentes frente a la institucionalización de sus hijas e incapaces de poder sacarlas de este centro, pues requieren conocimientos sobre los procedimientos, recursos y tiempo.

No hemos aprendido la lección: lo sucedido en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción podría volver a suceder. La Oacnudh concluye en que continúan pendientes los urgentes cambios estructurales al modelo de protección de las niñas, niños y adolescentes guatemaltecos que permitan garantizar sus derechos. Asimismo, se debe continuar la investigación y sanción a los responsables de estos hechos. También es importante que el Estado logre una reparación digna, transformadora e integral para las 15 niñas sobrevivientes y para las familias de las 56. Es bueno que todos tengamos presente que un Estado que no protege a sus niños, niñas y adolescentes no puede aspirar a la democracia o la paz.

jmenkos@gmail.com

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