EDITORIAL

Relaciones marcadas por la inestabilidad

La credibilidad del senador estadounidense Marco Rubio nuevamente está entredicho, pues ayer afirmó que su amigo, el presidente de Guatemala Jimmy Morales, está siendo presionado para darle la espalda a Taiwán y caer en los brazos de la China comunista, lo cual fue desmentido por el secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Alfredo Brito.

El vicepresidente Jafeth Cabrera también descartó tal posibilidad, por las históricas relaciones de Guatemala con los taiwaneses, aunque reconoció que el presidente Morales no le ha hecho ningún comentario sobre el tema. Es oportuno recordar que históricamente la figura vicepresidencial ha tenido poco peso en las decisiones presidenciales, salvo honrosas excepciones.

El senador Rubio lanza un tuit amenazante, recordándole al gobierno guatemalteco que esa misma medida, recién adoptada por el izquierdista gobierno de El Salvador, tendrá sus consecuencias, y advierte de que muy pronto ese país será castigado y que no quisiera que Guatemala corriera la misma suerte.

Lo primero que debería entender el senador Rubio es que Guatemala se encuentra en una coyuntura compleja y que acá el manejo de las relaciones internacionales pasa por su peor momento, pues igual se ha intentado violentar un acuerdo con Naciones Unidas, así como buscar la expulsión de un embajador europeo precisamente por ser aliados en la lucha contra la corrupción, un ingrediente clave en la política exterior de Estados Unidos.

Esto debe ser visto con mucho escepticismo, porque a juzgar por los últimos acontecimientos, podríamos estar ante un nuevo intento de lograr influencia entre las altas esferas de poder en Washington, tal como ocurrió con el traslado de la embajada de Guatemala de Tel Aviv hacia Jerusalén, cuando el objetivo de fondo claramente apuntaba a contar con un aliado clave contra la Cicig.

Al fracasar esta maniobra, todo podría esperarse de las actuales autoridades, pues tampoco gozan de la confianza de la mayoría de los guatemaltecos y muchas de esas decisiones se hacen de manera oscura, al amparo de un grupo de asesores que por momentos también acrecienta la percepción de que se aprovechan del presidente para empujarlo a tomar decisiones controversiales, como lo que ahora denuncia Rubio.

Si bien la preocupación de Estados Unidos gira en torno a la penetración de las potencias orientales en Latinoamérica, y de manera especial sobre los países que han sido su traspatio, esto también debe ser analizado en una dimensión más amplia, de colaboración coherente y respetuosa, pues en el caso de El Salvador, Honduras y Nicaragua, Washington acaba de darles la espalda con la eliminación del TPS. Entonces resulta difícil demandar lealtades cuando quien más puede hacer por estos países les da la espalda.

El concepto de amistad se vuelve mucho más relativo en contextos como el de Guatemala, pues de ser cierta la información que tiene el senador Rubio, también se estaría traicionando la relación con Taiwán, que ha sido de enorme aporte para el país y para muchos guatemaltecos en el campo de la salud, el cooperativismo y la educación.

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