CATALEJO

Se debe investigar a todos los partidos

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Si se acepta como válida la idea de ser la política guatemalteca una verdadera cloaca de acciones inmorales e ilegales, y además se ve al Ministerio Público como la institución estatal cuyo fin es investigar todos los casos, se deben apoyar las acciones para investigar el financiamiento ilícito, pero al mismo tiempo exigir una tarea similar en la totalidad de los partidos. En realidad, no se escapa ninguno porque fueron fundados y funcionaron o funcionan dentro de la lógica de la impunidad o, al menos, de la ignorancia de las leyes respectivas. Los principales focos de interés del MP, con la ayuda de la Cicig, deben ser aquellos convertidos en partidos oficiales, o contendientes llegados a segunda vuelta electoral, así como a los dirigentes, fundadores, caudillos, pero también a quienes otorgaron los fondos.

En el caso del FCN-Nación, su microscópico tamaño antes del loteriazo electoral provocado por el masivo voto popular contra la candidata adversaria, permite pensar con seguridad en la recepción de dineros no necesariamente oscuros, pero convertidos en financiamiento ilícito al no haber sido reportados por equivocación, pero esta posibilidad es también microscópica. Encuentro por Guatemala tiene ahora una tormenta semejante, y le será difícil a su lideresa explicar en forma simple y creíble lo sucedido. Las investigaciones del MP tienen ahora un ritmo lento, pero la primera presentación pública le significó a la nueva jefa de la institución un oasis de credibilidad ante las críticas por su larga inactividad. Sin embargo, debe entender la crucial importancia del factor tiempo, porque justicia tardada puede llegar a ser inútil.

La Unidad Nacional de la Esperanza es el partido causante de mayor interés en la población al respecto de la siguiente actividad del MP. En su tiempo fueron numerosas las críticas de opositores y comentaristas acerca de malos manejos de ese gobierno Torres-Colom, pero además, el prestigio de la entidad investigadora terminará de afianzarse porque en la etapa anterior extrañó la actitud pasiva ante ese partido. Al haber nacido y vivir dentro del laberinto de la corrupción, la exagerada muestra de fondos para pagar el acarreo de los votantes, las camisas, los helicópteros, etcétera, no debe pasar mucho tiempo antes de encontrar un resquicio o una gruesa grieta de evidencias y de pruebas. Por este motivo se explica la tan justificada preocupación de todas las autoridades del partido, en especial los diputados.

Pero hay otra área de investigación. Una es a los partidos restantes, como Creo, Unionista y otros. Deben ser agregados los partidos producidos por tránsfugas de partidos desaparecidos, como Líder y Patriota, o por desaparecer, como el unipersonal Unionista. Todo ello debe ser realizado en tiempo razonable, ayudará al sistema legal y específicamente a las elecciones, al reducir el número de participantes y con ello el tamaño del cartón de lotería, perdón, de la papeleta electoral. De no ocurrir, existe la posibilidad teórica de más de veinte partidos apiñados en ese documento y esto contribuiría a alejar a los votantes, sobre todo en las áreas rurales, ya disminuidos a causa de la dificultad de transporte y de los regalos de cualquier tipo entregados a los asistentes de los shows gratuitos llamados mítines en Guatemala.

Un efecto colateral para dificultar el financiamiento de los partidos lo constituye la disminución de financiamientos, ante las dudas sobre la legalidad de las aportaciones en efectivo y en especie. No por ello el MP y la Cicig deben detener o terminar con su tarea. Los sectores y las personas con dudas o convencimientos de verse afectados, lógicamente y por salvarse lanzarán todas sus armas para detener el proceso de la ley, ya sea con entrampamientos y güizachadas con ataques de intentos de desprestigiar a los críticos y especialmente a los medios informativos independientes. Algunos hechos de las últimas semanas permiten comprender la compleja variedad de los problemas en la lucha contra la corrupción, cuya derrota afianzará la tragedia nacional.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.